Una niña sostiene un hilo que, pensaríamos, conduce a un par de globos, pero en los collages de Jaco Putker, en lugar de ello, hay cosas inimaginables como un enrome hipopótamo. A primera vista sus composiciones nos parecen divertidas, pero con una mirada más profunda pronto se convierten en inquietantes y aterradoras.
El artista contemporáneo -sí, aunque su arte parezca del principios del siglo XX, Putker es un creativo de nuestra era- combina el grabado tradicional con fotopolímero (placa solar), –una forma de grabado no tóxica que permite representaciones fotorrealistas– con el retoque digital. El resultado son “ilustraciones de fábulas que no existen, pero que con suerte toman forma en las mentes de los que las contemplan”. Además, los títulos de sus obras son descriptivos y no dan ninguna idea del significado de las obras, con el fin de que espectador genere significados propios.
Originario de La Haya, Países Bajos, e instalado en Nueva York, el Jaco ha expuesto en Holanda, Bélgica, Alemania, Noruega, Irlanda del Norte, Japón, Taiwán, China, Australia, Canadá y Estados Unidos.
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