domingo, 29 de enero de 2017

Permanecer mudo o mentir



-un panorama de la obra de Darío Corbeira-

Luis Francisco Pérez


Hace pocos días finalizó en el MUSAC de León la muestra de Darío Corbeira (Madrid, 1948) Permanecer mudo o mentir. En la misma, comisariada por Montserrat Rodríguez Garzo, tuvimos oportunidad de ver trece grandes obras -un elevado número correspondía a instalaciones o esculturas puestas al día o revisitadas con motivo de esta muestra- fechadas entre 1974 y 2015. Un arco temporal lo suficientemente dilatado para poder ofrecer un panorama completo de los intereses estéticos, políticos y sociológicos (y preocupaciones), de un autor lo suficientemente inclasificable (pero a su vez solidario con los tiempos artísticos en los que ha vivido) para que haya podido desarrollar su carrera como artista con una considerable libertad de acción y pensamiento o lo que es lo mismo: una libertad imprescindible -sin duda costosa en términos de visibilidad mediática- para poder ejercer de constructor de dispositivos estético/políticos, junto con la labor de profesor de bellas artes, pero sobre todo como responsable de la publicación de una serie de libros imprescindibles en la Editorial Brumaria.
La primera obra expuesta está fechada en los estertores agónicos del franquismo, “Francisco Franco Action Painting” (1974) y la última, realizada hace algo más de un año, lleva por título La crucifixión. Será con esta obra más reciente con la que iniciaremos el comentario y análisis sobre esta muestra, pues de alguna manera este trabajo marca la pauta del “sentido y sensibilidad” de toda la exposición.
La crucifixión es una obra de Tintoretto -en todos los sentidos enorme: mide 5,36 x 12,24 metros-, que actualmente se encuentra en La Scuola Grande di San Rocco de Venecia. Una obra, que según su aventajado alumno, El Greco, era “la mejor pintura del mundo”. Una consideración nada exagerada, cuando sabemos que para Vasari, Tintoretto tenía “el cerebro más terrible que jamás haya tenido la pintura”. Hablando de La crucifixión el historiador francés de entre guerras, Elie Faure, escribió lo siguiente:
En esta maravillosa obra el drama humano resuena hasta los confines del cielo en resplandores, en nubes trágicas, en fulguraciones purpuradas. En el espacio que contemplamos no sabemos si sus tormentas tensan los nervios de los hombres y mujeres, o los hombres y mujeres ignoran que participan en las sinfonías indiferentes, en los murmullos de las fuentes, en los soplos de aire caliente que empujan las nubes, en los balidos lejanos de los rebaños que descienden las praderas, en el gran silencio de las llanuras que se hunden en el vaho de los días de verano”...

sábado, 28 de enero de 2017

Lo que hay que ver en el arte en 2017



'Escena de taberna con dos hombres y una mujer', de Velázquez (1618-19), óleo para la exposición 'Obras maestras de Budapest. Del Renacimiento a las Vanguardias', en el Museo Thyssen. MUSEO THYSSEN
Pocos años como el que acaba de comenzar han reflejado en las programaciones museísticas las conmemoraciones históricas de manera tan exhaustiva, tanto dentro como fuera de España. En 2017 se cumplen 80 años desde que Picasso pintó el Guernica, 100 de la Revolución Rusa, 400 del nacimiento de Murillo, 500 de la Reforma protestante de Lutero, 40 de la apertura del Pompidou y 25 de la del Thyssen. Todo ello será celebrado con la consiguiente exposición (o varias) y las consiguientes publicaciones que ayudarán a ampliar el conocimiento de quienes aman el arte. Avanzamos las principales citas programadas hasta verano.
El primer museo que se ha adelantado a rememorar la Revolución Rusa es el neoyorquino MoMA, donde hasta el 12 de marzo se podrá ver Un impulso revolucionario: el auge de la vanguardia rusa, un repaso a través de 260 obras de las principales aportaciones artísticas (El Lissitzky, Kazimir Malévich, Vladímir Maiakovsky, Liubov Popova, Alexander Rodchenko, Olga Rozanova o Natalia Goncharova) entre 1912 y 1935, antes y después de la Revolución de Octubre. La segunda gran exposición llegará 11 de febrero a la Royal Academy de Londres con Revolución: Arte ruso de 1917 a 1932, un deslumbrante despliegue de obras maestras de artistas como Kandinsky, Malévich, Tatlin, Brodsky y Samokhvalov o Chagall, de lo que fue el arte antes de que Stalin decidiera machacar hasta la última brizna de creatividad.
Con un mes de enero discreto en propuestas (el argentino Antonio Berni en el Lázaro Galdiano, el 20 de enero o el gran fotógrafo estadounidense Peter Hujar en Mapfre-Barcelona, el 28 de enero), puede decirse que el curso artístico comienza el 3 de febrero con una revisión de lo que fue el expresionismo abstracto en el Guggenheim de Bilbao: 130 pinturas, esculturas y fotografías procedentes de colecciones públicas y privadas de todo el mundo que revisarán la complejidad de un movimiento cuyas cabezas más conocidas fueron Pollock y Rothko.
En Londres, el 9 de febrero, la Tate Britain celebrará con una amplia retrospectiva el 80 cumpleaños años que el 9 de julio cumplirá el artista inglés David Hockney. Ese mismo día se inaugura en Mapfre-Madrid una antológica dedicada al fotógrafo estadounidense Lewis Baltz (New Port, California, 1945– París, 2014), considerado uno de los más destacados representantes del movimiento Nuevas Topografías.
El Reina Sofía estrena su intenso calendario de 16 exposiciones el 14 de febrero con Ruptura, guerra y surrealismo en Egipto (1938-1948). Serán 100 pinturas y otros tantos materiales fotográficos y documentales sobre el grupo Art et liberté,un colectivo ubicado en El Cairo en la II Guerra Mundial que cultivó una práctica ligada al surrealismo. Preocupados por la guerra de España, eligieron la imagen del Guernica para ilustrar su primer manifiesto, Vive l’art dégeneré, de 1938.
De solidaridad habla también la exposición que el 15 de febrero abre Caixaforum-Madrid con 80 obras de gran formato realizadas por Cristina García Rodero sobre la situación de las mujeres en Anantapur (India).
La colección Thyssen- Bornemisza, en Madrid, desde octubre de 1992, forma una parte esencial del patrimonio artístico español. Para celebrarlo, el museo ha programado cinco importantes exposiciones. La primera, el 17 de febrero, será Obras maestras de Budapest. Del Renacimiento a las Vanguardias, que mostrará por primera vez en España 90 obras del Museo de Bellas Artes de Budapest y de la Galería Nacional de Hungría. Piezas de escuelas como la italiana, alemana, flamenca y española, desde el siglo XV al XX, que incluyen grandes nombres de la historia del arte como Durero, Leonardo da Vinci, Rubens, Velázquez, Tiépolo, Cézanne y Manet. Las siguientes citas estarán dedicadas a Rafael Moneo (21 de marzo), El Renacimiento en Venecia (de junio a septiembre), Sonia Delaunay-Terk (4 de julio) y Picasso y Toulouse-Lautrec (de octubre de 2017 a enero de 2018).
El 21 de febrero, el Reina Sofía mostrará una de sus habituales exposiciones enciclopédicas, con 250 piezas de Bruce Conner (1933-2008), uno de los artistas estadounidenses más importantes de la posguerra, que abarca los cincuenta años de su carrera. La obra de Conner surgió en la escena artística de California y aborda algunos de los temas que preocupaban a la sociedad de EE UU de la posguerra, con la incipiente cultura del consumo ante el terror a un posible apocalipsis nuclear. Ese mismo día, el parisiense museo del Louvre abre una muestra dedicada a Vermeer y otros artistas que practicaron la pintura de bellas escenas de interiores: Gerard Dou, Gerard ter Borch, Jan Steen, Pieter de Hooch o Frans van Mieris. También en esas fechas llegará la belleza del arte italiano de los años 20 y 30, a la Fundación Mapfre con un centenar de obras de artistas que se lanzaron a reinterpretar a los maestros del Quattrocento.
En Barcelona, David Bowie, Brian Eno, Rodin y Giorgio de Chirico son los nombres que más brillarán. En el Museo del Diseño podrá verse desde mayo, después de que en Londres la visitaran 1,5 millones de personas, la muestra dedicada al universo del icono del pop David Bowie. Otro músico, Brian Eno, será el protagonista de la exposición que el Ars Santa Mònica abrirá en junio en la que podrán verse sus múltiples facetas creativas; mientras que un clásico, Rodin, lucirá sus esculturas en la sala barcelonesa de la Fundación Mapfre, coincidiendo con el centenario de su fallecimiento a partir del otoño. Caixaforum Barcelona mostrará desde julio una retrospectiva del italiano Giorgio de Chirico, con obras de su periodo metafísico y posteriores.

Argentina, país invitado en Arco

Una gran cita para el arte contemporáneo será la feria Arco, del 22 al 26 de febrero, dedicada a Argentina en su 36ª edición, un país que mostrará sus creaciones en los principales museos y galerías de la comunidad de Madrid.
El 8 de marzo llega a CaixaForum Madrid la exposición central del Año Casas que se ha celebrado durante todo 2016 (junto a Museus de Sitges y el Museo Nacional de Arte de Cataluña); una retrospectiva del artista catalán y sus contemporáneos: Ramon Casas. La modernidad anhelada (hasta el 19 de febrero en Sitges), en la que se confronta su obra con la de Picasso, Toulouse-Lautrec, Sargent, Rusiñol o Sorolla.
La que está considerada como la exposición del año llega el 4 de abril al Reina Sofía, Piedad y terror en Picasso: El camino a Guernica, una detallada revisión en la que se contará la historia del mural, el contexto en el que se realizó, el periplo de su largo y penoso exilio y el retorno a España. Para ese mismo día está anunciada en el Museo del Prado Visiones del mundo hispánico. Tesoros de la Hispanic Society, de Nueva York, con más de 200 obras de arte colonial y español.
El Reina inaugurará el 6 de abril una antológica del alemán Franz Erhard Walther, y el 25, de los polacos Kataryna Kobro y Władysław Strzemiński. El mes acabará con una doble apertura el día 26. Una en CaixaForum Madrid tratará sobre lo que el cine debe a las otras artes: Arte y Cine, 120 años de intercambios. La segunda será en el Museo Picasso de Málaga y abordará la relación de la obra de Francis Bacon con sus contemporáneos.

Polémica en Venecia

Del 13 de mayo al 26 de noviembre, la Bienal de Venecia volverá a ser escenario de polémicas. Su comisaria, Christine Macel, propone una reflexión ante los conflictos del mundo. Universes in Universe será el lema de la exposición general.
Fuera de Italia, la Tate Modern dedicará en Londres una antológica a Giacometti, más allá de sus esculturas y habrá exposiciones tan dispares como una del grupo Pink Floyd en el Victoria & Albert londinense (13 de mayo); o El efecto Lutero. 500 años de protestantismo en el mundo, en el Martin-Gropius-Bau de Berlín (14 de mayo).
La Documenta de Kassel, a partir del 10 de junio, convocará durante 100 días a los amantes del arte contemporáneo, en una edición en la que la ciudad alemana compartirá por primera vez escenario con Atenas. En el MoMA se anuncia para el 12 de junio una espectacular antológica del arquitecto Frank Lloyd Wright y en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México habrá un  encuentro entre dos de los más grandes artistas del siglo XX: Picasso y Diego Rivera confrontados en 100.
La temporada veraniega concluirá el 12 de julio con una exposición histórica en Caixaforum: Los antiguos griegos: atletas, guerreros y héroes, con más de 200 piezas del British Museum que viajan fuera de Londres por primera vez.

Christo Cancels Project over Trump


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01  Christo will abandon a planned Colorado installation to protest President Donald Trump. More »

02  South Korea’s minister of culture resigned after it was discovered that she had blacklisted some 10,000 artists, preventing them from receiving funding. More »

03  The Bronx Museum of the Arts will not be receiving a loan of works from Cuba because of fears that the pieces could be seized by U.S courts. More »

04  On Sunday, Spain’s Interior Ministry announced the arrest of 75 people across Europe for trafficking in stolen art and artifacts. More »

05  The company art collection of German food manufacturer Dr. Oetker will return a portrait by Anthony van Dyck to the heir of a Jewish art dealer who fled the Netherlands. More »

06  A merger between the forthcoming World War II museum in Gdańsk and another war museum led by minister of culture Piotr Glinski has potentially endangered the autonomy of the proposed major new museum. More »

07  MoMA has lost a sculpture it commissioned from artist Pat Lasch in 1979. More »

08  The Los Angeles County Museum of Art has acquired the popular Rain RoomMore »

09  Actor Shia LaBeouf was arrested while mounting an art installation, a livestreamed protest of President Donald Trump. More »

10  A British art forger has been sentenced to three years and seven months in prison after pleading guilty to charges of fraud and forgery. More »

jueves, 19 de enero de 2017

BEATRIZ HERRÁEZ


Beatriz Herráez es historiadora del arte y comisaria. Sus ámbitos de investigación incluyen la construcción de relatos historiográficos vinculados con los lenguajes del arte contemporáneo y la teoría feminista. Entre sus comisariados recientes se encuentran la exposición del trabajo realizado por la escultora María Luisa Fernández entre los años 1979 y 1997, presentada en Azkuna Zentroa en Bilbao (2015) y próximamente en el Museo Marco de Vigo (2016); o el co-comisariado de “Mínima Resistencia. Entre el tardomodernismo y la globalización: prácticas artísticas durante las décadas de los 80 y 90” en el Museo Reina Sofía en Madrid (2013-2014). Ha sido comisaria de muestras individuales de artistas como Susan Hiller, Néstor Sanmiguel Diest o Juan Luis Moraza, y actualmente trabaja con Erlea Maneros Zabala en una exposición que será presentada en el Mncars.
Desde 2014 forma parte del Consejo Vasco de la Cultura; entre 2011 y 2014 fue miembro de la Comisión Técnica del programa Eremuak; y entre los años 2007 y 2011 ocupó el cargo de comisaria-jefe del Centro Cultural Montehermoso Kulturunea en Vitoria-Gasteiz, un proyecto de arte contemporáneo que incorporaba de manera transversal el pensamiento feminista a sus programas.

Cabello Carceller

Cabello Carceller
14 h
Mañana jueves 19 de enero inauguramos "Borrador para una exposición sin título (cap. II)". Hemos trabajado a tope estos días con Manuel Segade y con todo el equipo del CA2M y ya nos apetece compartirlo con vosotras y vosotros... Os esperamos mañana a las 19 h. en el CA2M, Móstoles.

martes, 17 de enero de 2017

DIEZ MUJERES DADAÍSTAS QUE DEBEMOS CONOCER


El dadaísmo fue una corriente opositora al arte tradicional, no sólo de la pintura o la escultura, también se opuso a la literatura y a la poesía. Esta corriente sentó las bases para el arte conceptual, el performance y las instalaciones; formas de expresión artísticas novedosas para ese tiempo y tan comunes en la actualidad.


mujeres dadaistas

Son varios los artistas que pertenecen a este movimiento, pero entre los más conocidos se encuentran Marcel Duchamp, Man Ray y Tristán Tzara. Cabe destacar que en esta época las mujeres comenzaron a tener un rol más activo, no sólo en ámbitos políticos y sociales, sino también artísticos.
En el movimiento dadaísta surgieron mujeres con una capacidad creativa admirable en el uso de colores, materiales y habilidades para dar forma a obras únicas, así como en la expresión sentimental a través de la poesía, actuaciones y representaciones sobre el rol de la mujer en la sociedad; las artistas dadaístas crearon obras con un trasfondo sobre la posición de la mujer en la sociedad y un fuerte deseo de cambio.
A continuación te presentamos algunas de las artistas dadaístas más representativas:

Hannah Höch
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Con sus collage y fotomontajes, Hannah Höch transmite gran inconformidad hacia distintas situaciones de su época: el gobierno alemán, el rol de la mujer y la creación de ideales de belleza en los medios de comunicación, es esta crítica hacia la forma de ver la figura femenina a través de lo que dicen los medios, por lo que ha sido considerada una de las primeras feministas; en su obra descompone esos ideales de belleza creando imágenes abstractas y amorfas.
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Suzanne Duchamp
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Hermana del emblemático Marcel Duchamp, Suzanne afrontó varios obstáculos para desarrollarse como artista, no obstante, gracias a su hermano pudo superarlos y obtener el debido reconocimiento como pintora. Su trabajo es la expresión pura del dadaísmo: pintura, collage y poesía, están siempre presentes en sus obras, sobre todo en Multiplication brisée et rétablie, su obra más representativa.
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Sophie Taeuber-Arp
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Pintura, baile, escultura y diseño de vestuario, son sólo algunas de las disciplinas que dominaba Sophie Taeuber-Arp, una mujer con grandes habilidades artísticas y perteneciente a diversas corrientes, Sophie utilizaba la libertad que le daba el arte para expresar todo lo que su personalidad tímida y reservada no le permitía. Colores vibrantes, formas geométricas, habilidad de diseño textil y de interiores, son algunas de las características del trabajo de una de las artistas más prominentes del siglo XX.
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Beatrice Wood
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“Mamá Dada” fue el apodo dado a Beatrice Wood en el círculo dadaísta. Ella no era pintora o escultora, sino ceramista. Muchos pensarían en el oficio de la cerámica como una forma de crear objetos con el fin de adornar algún espacio, pero Beatrice Woods lo adopto como su forma de expresión. Combinando la cerámica y el dibujo, nos transmite su gran humor, ingenio y alegría por la vida a través de sus piezas.
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Emmy Hennings
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Fundadora y dueña del Cabaret Voltaire, centro de reunión de los pertenecientes al circulo dadaísta, Emmy Hennings fue también esposa del poeta dadaísta Hugo Ball. El Cabaret Voltaire era donde Emmy presentaba sus poemas, además de ser cantante, bailarina y performer. La obra de Emmy Hennings nos habla de temas muy controversiales para la época: el amor libre, la anarquía y el deseo de una revolución social eran las preocupaciones de Emmy.
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Elsa von Freytag-Loringhoven
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Un collage viviente era Elsa von Freytag-Loringhoven. Poeta provocativa, artista atrevida, Elsa von Freytag-Loringhoven no sólo utilizaba la pintura y la escultura para expresarse, su herramienta principal era su cuerpo, capaz de convertir cualquier utensilio en un pieza de ropa o pasear desnuda por las calles de Greenwich Village. Tuvo un performance en compañía de Man Ray y Marcel Duchamp, en el cuál ella rasuraba su vello púbico y al finalizar paseaba desnuda por las calles de Nueva York, en compañía de sus amigos dadaístas.
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Mina Loy
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Una prominente escritora, capaz de incomodar a los miembros de la élite y enfurecer a los hombres por medio de sus letras, Mina Loy fue de las escritoras dadaístas más importantes. Además de ser escritora y poeta, Mina creaba sus obras utilizando cualquier cosa que encontrara en los basureros de Nueva York.
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Clara Tice
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Mujer revolucionaria e icónica, Clara Tice es llamada “Reina de Greenwich Village”; fue de las primeras en recortar su cabello, subir el dobladillo de su falda y usó la moda y la ilustración para exaltar las cualidades de la mujer moderna. Su preocupación por el desarrollo del individuo fue manifestada de diversas maneras. En sus ilustraciones se aprecia movimiento y despreocupación, una obra que llama a la libertad.
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Toyen
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Una vida independiente, sin ataduras a la familia, la negación del nombre dado por sus padres: Toyen es un ejemplo de una vida de anarquía. Su verdadero nombre es Marie Cerminova, y su lucha por la independencia la llevó a expresarse por medio de imágenes eróticas, siendo éstas la forma más contundente de dar a conocer su opinión y su mensaje.
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Juliette Roche
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De origen aristócrata, rodeada de discusiones de política y arte, Juliette Roche perteneció a dos de los movimientos más importantes en la historia del arte: el cubismo y el dadaísmo. Juliette en su obra poética y pictórica mostraba a una mujer independiente, capaz de valerse y expresarse por sí misma. Aprovechaba el cliché a favor de su obra literaria, conjugándolo con diversas tipografías. Experimentó con poesía acompañada de diseño.
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Florine Stettheimer
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Rompiendo con la percepción de los artistas solitarios, incomprendidos y amargados, Florine Stettheimer retrataba paisajes y salones llenos de color, crítica sutil y contundente del comportamiento de las clases privilegiadas en el periodo entre guerras. Florine Stettheimer además de ser pintora, era una poeta consciente y preocupada por su entorno, sobre todo en cuestiones como el consumismo y la verdad oculta del matrimonio.mujeres dadaistas 23

A Timely but Limited Look at Feminist Art from the 1970s

Lynda Benglis, “SELF” (1970–1976/2012) (all photos by the author for Hyperallergic)
In an image from her photographic portfolio, Self (1970–76), entitled “Fling, Dribble, and Drip” (1970)Lynda Benglis hovers, midway through pouring a bucket of fluorescent-pigmented liquid latex onto the floor. This photo, currently on display at The Photographers’ Gallery in the exhibition Feminist Avant-Garde of the 1970s, is an ironic imitation of the presumed masculinity and heterosexuality of the abstract expressionist gesture. Given the male-dominated Abstract Expressionism exhibition concurrently on view 10 minutes down the road at the Royal Academy of Arts, Benglis’s parody seems particularly timely.
“Feminist Avant-Garde of the 1970s,” installation view
Feminist Avant-Garde draws entirely on the Viennese Sammlung Verbund Collection, which has been gathering photographic and video works from the 1970s feminist art movement since 2004. Curator Anna Dannemann has arranged more than 200 works into four loose themes — the rejection of the domestic space, the novel use of the female body in art, the collapsing of normative beauty standards, and the use of masquerade in photography — to probe stereotypes of femininity. Each section radically disrupts male-coded spectatorship.
Immediately disturbing are the semantics of imprisonment in the domestic domain as we watch Martha Rosler’s seminal “Semiotics of the Kitchen” (1975). Set alongside it is “High-rise No 1” (1974) by the lesser-known Renate Eisenegger, in which she monotonously crawls around a high-rise building block, her white-painted face erasing her identity as she performs the Sisyphean act of ironing the floor. French artist Orlan’s “Strip-tease occasionnel avec les draps du trousseau” (1974-1975) is a more playful exploration of the female condition. Initially photographed as a Baroque Madonna with one exposed breast, suckling a swaddled bundle, her garments are gradually removed until, ecstatically stripped bare, Orlan finally appropriates the erotic pose in Botticelli’s “The Birth of Venus”. She divests the Virgin Mother of her layers of drapery in order to challenge cultural constructions of women as either virgin or whore, and by doing so, liberates her own sexual identity.
ORLAN, “Strip-tease occasionnel avec les draps du trousseau” (1974–1975)
Renate Eisenegger, “High-rise No 1” (1974)
In compete contrast appears an understated photograph of Birgit Jürgenssen hiding part of her face behind a slither of fox fur, and then Alexis Hunter’s Identity Crisis (1974), a series of six photos taken by different people in her life, each demonstrating an entirely different disposition. These masquerades attempt to obscure the stereotypes imposed by the gendered gaze. The common thread in each of these works is the strategy of self-representation. Using their own bodies, these women become both subject and object, reversing the art-historical norms dictating that a woman cannot simultaneously be a sexed object and a creator of meaning.
Alexis Hunter, “Identity Crisis (maquette)” (1974)
Lorraine O’Grady, Detail from “Mlle Bourgeoise Noire (Miss Black Middle-Class)” (1980–1983/2009)
The scarcity of reference to non-Western and non-white artists presents the most problematic element of this show. Lorraine O’Grady’s “Mlle Bourgeoise Noire” (1980–83) is one of the few works where gender and racial politics coincide. Placed in the section exploring the ideal of female beauty, O’Grady documents a performance by her alter ego, an imaginary Caribbean beauty queen. In a robe made of 360 white gloves, Mlle Bourgeoise Noire is escorted to Just Above Midtown, the first black avant-garde gallery in Manhattan, where she begins to hand out white chrysanthemums to attendees. She subsequently removes her cape and begins to lash her own back with a whip while shouting out a protest poem, culminating in the lines “BLACK ART MUST TAKE MORE RISKS” and “NOW IS THE TIME FOR AN INVASION.”
Ana Mendieta, “Untitled (Glass on Body Imprints)” (1972/1997)
The effect of these photographs and the story they tell are ultimately overwhelmed by the disproportionate number of white artists who also protest against the normative standards of beauty. For the same reason, it’s all too easy to overlook Ana Mendieta’s serial expression of the grotesque in relation to the perception of a woman of colour in her “Untitled (Glass on Body Imprints)” (1972). This imbalance is unsurprising since the exhibition has been restrained to a single collection, the contents of which only represent a fragment of the multifaceted feminist avant-garde of the 1970s.
Birgit Jürgenssen, “Untitled (Self with Fur)” (1974/1977)
The onus is on the viewer to detect these flaws and yet to also recognize the timeliness of the principle themes of this show. A few months ago, a Muslim woman was forced to remove her clothing on a beach in France as two male policemen towered over her with guns. A man who has been accused of multiple acts of sexual assault is about to become the 45th President of the United States of America. Far from perfect, this exhibition marks a step toward empowering voices that could do much to liberate our own identity from the cultural codes by which it continues to be confined.
Feminist Avant-Garde of the 1970s continues at The Photographers’ Gallery (16-18 Ramillies St, London W1F 7LW) through January 29.

BLANCA ORAA MOYUA

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