miércoles, 31 de diciembre de 2014

David Hockney: Why art has become 'less'








David Hockney thinks that over his lifetime art has become "less". He blames the art establishment (museums, galleries, art schools) for becoming over-enamoured with conceptual art: "It gave up on images a bit" the artist laments. 
By which he means that the artworld ignored figurative art: paintings, sculptures, videos and installations that aim to represent the known world: the sort of work Hockney makes: landscapes, portraits and still lifes. 
Instead he feels, museums and galleries have jumped too willingly into the unmade bed of conceptual art where lights go on and off in a game of philosophical riddles. But Hockney says "the power is with images", and in neglecting them the artworld has diminished the very thing it aimed to protect: art. 
It's difficult to ignore Hockney's latest images that now fill the vast galleries of the Royal Academy in London. They are huge (two paintings are about 10-metres across), they are innovative (numerous iPad print-outs and an 18-screen film installation), and they are very colourful (purple paths and orange tree trunks aplenty).
By and large, they all depict the same subject: the hills, fields, woods and roads of rural East Yorkshire. These things are subjective, but I found them potent and poetic. And exciting.
Exciting because it has been a rarity over the last half-a-century for a supremely gifted painter to take on the English landscape. Constable and Turner did so in the 19th Century. And John Nash and Stanley Spencer rose to the challenge in the mid-20th Century. But not much has emerged since.
Maybe it's due to the 30 years he has spent in Hollywood that Hockney blames the camera for the hiatus. He directs a damning finger at the one-eyed monster in all its guises: photography, film and television. He believes it is the camera that has caused many of today's artists to forsake figurative art, having decided that a single mechanical lens can capture reality better than any painter or sculptor. 
"But they're wrong," he told me. "A camera cannot see what a human can see, there is always something missing." He talks about the inability of a camera to reproduce a sense of space and volume. 
He makes the point that a photograph documents only a split second in time. Whereas a landscape painting, portrait or still life might appear to be a moment immortalised in a single image, but it is in fact the culmination of days, weeks and in the case of many artists (Cezanne, Monet, Van Gogh, Gauguin and Hockney), years of looking at a single subject. 
It is a result of vast quantities of stored information, experience, jottings and spatial sensitivity that has eventually appeared in the colours, composition and atmosphere of a final finished artwork. 
For all his outspokenness David Hockney is a canny man. He twinkles when talking about why he chose to tackle the English landscape, seeing it, I suspect, as an opportunity to make another big splash: a great subject overlooked by most other artists. 
When people told him that the "landscape genre was worn out" he thought it illogical. "The way of looking at it [the landscape] might be worn out, but the landscape can't be," he said. "It needs re-looking at…[to] look at it afresh."
Which is exactly what he has done. And it looks like Hockney on Yorkshire will be a hit with the public as advance bookings are already at the upper end of the Royal Academy's expectations. But I wonder if the show will have a more lasting impact than simply to re-assert the general feeling that the Bradford-born painter is the country's greatest living artist.
I think it is possible that it could mark the moment - together with the Lucian Freud exhibition that will be opening shortly at the nearby at the National Portrait Gallery - when figurative art once again starts to become the dominant genre in the contemporary exhibitions and displays mounted at the likes of Tate, Paris's Pompidou and New York's Museum of Modern Art.
The paintings of urban Coventry by George Shaw were shortlisted for last year's Turner Prize. He didn't win. But maybe this year will be different, and an artist who produces landscapes or portraits or still lifes will carry the day?

martes, 30 de diciembre de 2014

Área de espera





Han pasado muchas cosas en el terreno del arte en 2014 pero seguramente lo recordaremos como el Año Greco. Las conmemoraciones culturales corren el riesgo de poner por delante del evento cultural la promoción turística y los intereses políticos pero en este caso podemos hablar de equilibrio; la inversión ha sido gigantesca aunque en buena proporción privada y con buen retorno social y comercial, y hemos tenido grandes exposiciones que han complacido por igual a público y crítica. Así, la lista de más votadas por los críticos de El Cultural pone a El Griego de Toledo, la exposición axial del centenario, en segundo lugar. Reconoce también la gran retrospectiva en el Museo Reina Sofía de Richard Hamilton, coproducida por la Tate, y la interesantísima revisión iconográfica, histórica y política, de Las Furias en el Museo del Prado. Además, una original muestra sobre la cara más oscura de la animación, históricos de la modernidad como El LissitzkyJosef Albers y Yoko Ono, y sólidos referentes españoles: Juan Luis MorazaConcha Jerez y Xavier Ribas.

Recordaremos también este año por el fin de la “era Císcar” en el IVAM, donde ha aterrizado, previo concurso, José Miguel G. Cortés, que ha debido limar de urgencia algunas asperezas. Y por la renovación, por dos décadas más, del convenio de colaboración entre el Museo Guggenheim Bilbao y la Solomon R. Guggenheim Foundation de Nueva York. Esperemos que la Ley de Transparencia que acaba de entrar en vigor permita conocer todos sus detalles, desterrando la anterior opacidad. 

sucursal en un área de fuerte atracción turística para los rusos de elevado poder adquisitivo. Albacete, mucho más modestamente, prepara un museo del realismo español para el que, de momento, no hay más que una sede a medio reformar: ni equipo ni colección. Otros proyectos avanzan lentamente: la explanada de los museos en Montjuïc va para largo, al igual que el Hermitage del puerto de Barcelona, e incluso el Centro Botín, por otras causas, ha sufrido un considerable retraso. 

La apertura del enorme Centro de Creación Contemporánea de Andalucía, en Córdoba, queda también para el año que viene, ya veremos con qué clase de director, pues se ha convocado una ¡licitación! para cubrir el puesto. Ha habido otros concursos con mucho “misterio”: el del pabellón de España en la próxima Bienal de Venecia tardó meses en dilucidarse (lo ganó Martí Manen) y aún está por resolverse el de la dirección del CGAC de Santiago de Compostela mientras el contrato de su actual director, Miguel von Hafe, expira ya este mes. Desde allí se ha trasladado al Centro de Arte Dos de Mayo de Móstoles, por fin, la Colección Fundación ARCO. En la feria madrileña, por cierto, tuvimos como invitada a Finlandia.

En general, el mundo del arte, mercado incluido, está en área de espera. No han faltado las polémicas, en todo el arco histórico-artístico: desde el enfrentamiento entre los científicos que aprueban y que se oponen a la reapertura parcial de las cuevas de Altamira, hasta la demanda de la Asociación Española de Abogados Cristianos al director del Museo Reina Sofía, Manuel Borja-Villel, por la famosa caja de cerillas de Mujeres Públicas en la exposición Un saber realmente útil. Será también 2014 el año de la devolución de premios y distinciones oficiales; en artes plásticas ha sido Colita, Premio Nacional de Fotografía, la que ha protagonizado el desaire. Sí han aceptado sus galardones Esther Ferrer (el Premio Velázquez), y Jordi Teixidor (el Nacional de Artes Plásticas) y nos hemos alegrado, además, por la concesión del Premio Joan Miró, por primera vez, a un artista español, Ignasi Aballí. Ha habido relevos en el ex­Ministerio de Cultura, con la llegada a la Dirección General de Bellas Artes, desde el INAEM, de Miguel Ángel Recio, que ha dado paso a un por ahora provisional Subdirector de Museos Estatales, Miguel Ángel González Suela. Se zanjó allí, muy a la baja, la espera de la repetidamente pospuesta Ley de Mecenazgo que se quedó en reforma fiscal con ligeras mejoras. 

domingo, 28 de diciembre de 2014

Un proyecto y dos descartes para la Bienal de Venecia

'No es él (After Scorpio Rising)' (Cabello y Carceller, 2007)
'No es él (After Scorpio Rising)' (Cabello y Carceller, 2007)
A fin se resolvió el misterio: ya sabemos quiénes ocuparán el Pabellón de España en la Bienal de Venecia 2015. El AECID comunicó, con mes y medio de retraso sobre lo previsto, que ha sido elegido el proyecto presentado por el comisario Martí Manen y que cuenta con los artistas Cabello y Carceller Francesc Ruiz y Pepo Salazar.
Lo que no se resolvió es la incógnita de tan absurdo retraso. Un retraso que, además de poco considerado con los artistas y comisarios implicados, es un tanto arriesgado porque se han perdido dos meses y medio de ocho para preparar dicha presencia: el mes y medio que el AECID ha pospuesto su decisión (fijada para septiembre) y el mes que se adelanta este año la Bienal de Venecia, que este año ha pasado de junio a mayo.
Como siguen sin conocerse las razones del retraso, la única forma de que el lector pueda valorar qué ha sucedido o por qué es una descripción de los tres proyectos presentados.

El ganador: Marti Manen y tres artistas alrededor de Dalí

El proyecto ganador, de Marti Manen (Barcelona, 1976) no es la presentación de un solo artista como había estado siendo una costumbre en la casi sacrosanta Bienal, sino una colaboración, ya se verá en qué medida integrada, de tres artistas. El proyecto se llama Los Sujetos y tiene que ver con un cuestionamiento de ciertas realidades actuales partiendo de la figura de Dalí, cuya lectura actual ya esta tan pulida como el punto de Calatrava en la misma Venecia. Se trataría de “encontrar la crisis en Dalí, la crisis de la sexualidad, del mercado, de la disgregación del mundo”.
Los tres artistas Cabello y Carceller, Francesc Ruiz y Pepo Salazar, todos en los 40-50 años, son los encargados de trabajar sobre esas tres líneas argumentales. Los tres son muy diferentes y llevan mucho tiempo trabajando en una zona donde la reflexión sobre el arte y lo social son una sola actividad.

El descarte más extraño: Rogelio López Cuenca

El proyecto de Juan de Nieves (A Coruña, 1964) tenía un título y un subtítulo: Por mover la lengua de otro modo. Un ensayo visual sobre el imaginario de lo español. El artista en solitario elegido era Rogelio López Cuenca. Según ha comentado Juan de Nieves a eldiario.es, “el proyecto tenía la vocación de reescribir ciertos aspectos consustanciales a nuestra historia reciente y mitos culturales, sin intención dogmática y menos aún científica, a través de una serie de imágenes y obras que articulaban toda una serie de discursos de carácter crítico: historia, lenguaje, diferencia, tópicos, España versus Europa, turismo, construcción cultural, símbolos, bandera, inmigración...”.
El proyecto estaba apoyado intelectualmente por personas como José Díaz Cuyás, Beatriz Herráez, Marina Garcés, Jorge Luis Marzo o Mar Villaespesa, entre otros. Conociendo el trabajo previo de Rogelio López Cuenca, suena a Marca España pero en hípercrítico.

Dos artistas, un dibujante, un reportero de guerra y tres fantasmas

El de Gerardo Mosquera llamado Ángeles era otra propuesta de grupo con los artistas Cristina Lucas, Andrés Rábago (El Roto), Gervasio Sánchez, Fernando Sánchez Castillo y la participación especial de Ricardo Bellver ( El Ángel Caído) y Francisco de Goya. Está claro que lo más chocante a primera vista sería la presencia de un dibujante como Andrés Rábago y un fotógrafo de guerra como Gervasio Sánchez junto a dos artistas de lo más interesante que hay en España y cuya obra es prácticamente siempre política. Aunque, como en todos los preseleccionados, habitan un terreno donde las antiguas soluciones estéticas tienen siempre que ver con la producción de sentido.
Mosquera comenta que: “Hoy somos testigos de la afirmación de un arte social y político que potencia y enriquece a la vez los mecanismos del arte. Ai Weiwei, Francis Alÿs, Tania Brugera, Jeremy Deller, Mona Hatoum, Thomas Hirschhorn, Steve McQueen o Doris Salcedo son sólo unos pocos ejemplos de la influencia mundial y la diversidad del arte crítico actual. Antoni Muntadas y Santiago Sierra, dos españoles que han ocupado el Pabellón de España en Venecia, resultan también ejemplos destacados de esta orientación del arte”.

La reapropiación de Walter Benjamin

Hay que añadir que la exposición de Mosquera, porque eso era, giraría en torno a uno de los más famosos y emocionantes escritos sobre la condición actual, El Ángel de la Historia, de Walter Benjamin. Sucede que el director de esta bienal, Okwui Enwezor, se ha apropiado del tema angélico sin encomendarse a dios ni al diablo y menos darle crédito a Mosquera.
En suma, las tres propuestas, todas ellas muy diferentes, plantearían temas sociales/políticos de parecida índole. Presumiblemente más tensa/conflictiva en unos casos que en otros. Pero en las tres puede surgir esa tensión y, de hecho, da la impresión de que es lo que los tres comisarios esperaban.
Y volvemos al principio ¿por qué ha tardado el Ministerio de Exteriores todo este tiempo? La pregunta sin respuesta del medio millón de euros.

viernes, 26 de diciembre de 2014

Martí Manen será el comisario español en Venecia con una expo sobre Dalí sin Dalí





Ha recibido la noticia hace tan sólo un momento, esta mañana, en Estocolmo, donde reside y trabaja en la actualidad, y se muestra contento. Martí Manen (Barcelona, 1976) será el próximo comisario del Pabellón Español en la Bienal de Venecia de 2015, la que se celebrará entre el 9 de mayo y el 22 de noviembre, capitaneada a su vez por Okwui Enwezor y titulada All the World's Futures. En el camino deja a dos grandes competidores, Gerardo Mosquera y Juan de Nieves(los tres nombres fueron seleccionados por un jurado profesional y propuestos al Ministerio de Exteriores), con los que reconoce «haber estado en contacto en los últimos meses y haber compartido la situación y el tiempo de espera»: «Me ha tocado a mí, pero podríamos haber sido cualquiera de los tres. Mi respeto absoluto a su trabajo y su trayectoria», expone.

Un juego de tiempos

El joven comisario nos explica que el suyo será un proyecto coral que se titulará Los sujetos y que tendrá como punto de partida la figura de Salvador Dalí: «Mi propuesta es una exposición colectiva, un juego de tiempos. Una revisión histórica pensada desde el presente. Nos acercaremos a una figura compleja como es la de Salvador Dalí pero desde nuestro tiempo. Dalí fue un avanzado en su época y quizás sólo ahora, en un momento de crisis como el que vivimos, se puede comprender la suya personal: su crisis de identidad sexual, de relación con el mercado, de atomización de la realidad». 
Esas son las tres líneas discrusivas que el comisario analizará desde la obra de tres artistas españoles: el colectivo conformado por Helena Cabello (París ,1963) y Ana Carceller (Madrid, 1964), el barcelonés Francesc Ruiz(1971) y el vasco Pepo Salazar (Vitoria, 1972): «En un momento de crisis como este, creo que es importante apostar por una muestra colectiva. Aunque sólo sea por la estupidez de las cifras, es positivo que Venecia permita introducir en el circuito a tres creadores españoles. Supone producir obra para tres artistas, permitirles generar contactos a todos ellos. Desde el punto de vista del público, este contará además con tres vías de acceso diferentes a la exposición. No se enfrentará a un discurso único», argumenta Manen. 
Tras la presencia de Lara Almarcegui en 2013 de la mano de Octavio Zaya –que llenó el pabellón de escombros– y Dora García en 2011 –que lo vació de contenido–, el comisario catalán apuesta por una «aproximación sensual» a este espacio: «Hay que tener muy en cuenta quién entra en Venecia y qué función debe realizar un pabellón nacional en su contexto. Tenemos que saber conectar con el mundo y este no es un momento de celebración, sino de aceptación de una crisis». Salvador Dalí no estará presente en la Bienal –«Es un tono. No habrá obra suya en el pabellón»–. Será tan sólo el punto de partida para los artistas convocados, que, en palabras de Manen, «no harán una revisitación dle personaje, sino que marcarán un discurso crítico desde la labor a la que nos tienen acostumbrados, pero en torno a las ideas propuestas, las del consumo o la construcción de identidad». 

Palabra de artista

Así mismo, Manen recurre a un formato que le es propio, el de la entrevista. Su idea es que diferentes agentes del arte (Manuel Borja-Villel, director del Museo Reina Sofía, museo que se volcó con Dalí en 2013; Montse Aguer, directora del Museo Salvador Dalí de Figueras; Vicente Todolí, futuro director de la Fundación Botín y ex de la Tate; y Beatriz Preciado, del MACBA) construyan la figura del genio de Figueras a través de este género periodístico. 
Para muchos, este nombramiento se ha hecho esperar. Otros países, hace semanas que hicieron pública su presencia en Venecia. Sobre todo, teniendo en cuenta que la próxima edición, la número 56, adelanta un mes su inauguración. «Ahora toca ponerse las pilas –expone el comisario–, trabajar mucho para que las cosas salgan. No hay mucho margen, pero desde el Ministerio están deseosos de que todo vaya bien». Manen, al que en Madrid hemos visto con proyectos comoContarlo todo sin saber cómo (CA2M, 2012) y en Barcelona ha sido responsable de interesantes muestras en Fabra i Coats, nos explica quevivir en Estocolmo no será un problema para llevar a cabo este proyecto: Se puede montar desde aquí. Al fin y al cabo, es un producto para Venecia, por lo que a donde habrá que viajar es a Venecia». Le deseamos suerte.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

5 PERFORMANCE/CONCERTS




from 17 DEC 2014 to 21 DEC 2014
Serralves, Porto

The need for "evacuation of the voice" emerges as a process that is inseparable from dismantling the "face", as the representation of the "I" that is conveyed by capitalism. 
The final five performances within a set of ten, in which the artists will attempt, through their performances, to evacuate the voice from their bodies, via a process of "subjective depersonalization". 
Detachment from thinking, through refusal of "idiomatic aesthetic expressions of a generic nature" arises as a means of trying to "understand our psychological, physiological and neurobiological conditions, from an external perspective. "

These performances will be recorded and later published, together with the theoretical research carried out by the artists and other writers, thereby enabling further analysis.


Production and Performance: Miguel Prado and Mattin

domingo, 14 de diciembre de 2014

Obispos españoles rechazan muestra del museo Reina Sofía que alienta quema de iglesias








Hasta ahora se han recogido más de 42.000 peticiones para que el Museo Reina Sofía retire cuatro obras de la exposición “Un saber realmente útil” ofensivas para los católicos y que incitan a la violencia. El portavoz de los Obispos españoles ha mostrado también su rechazo a estas obras que incitan a la violencia.
“Es necesaria la libertad de expresión, la libertad de pensamiento y la libertad artística, pero las libertades no son el absoluto”, ha declarado el P. Gil Tamayo y por eso ha pedido el respeto a “la dignidad de la persona humana y sus derechos, como son a la libertad religiosa y sus propias convicciones. La armonía de los derechos solo es posible en el respeto de los mismos”.
“El arte y la libertad no nos amparan para la transgresión sino que es el cauce de una convivencia en respeto y armonía de los derechos fundamentales”, ha declarado.
El portavoz de la CEE ha pedido la retirada de las obras y ha afirmado que “levantaría igualmente la voz si hubiera sido contra una mezquita o sinagoga. Pediría igualmente la retirada si ofendiera sus creencias”.
Entre las decenas de miles de protestas que ha recibido hasta ahora el Museo se encuentra la del director general de Relaciones con las Confesiones del Ministerio de Justicia, Javier Herrera, los propios trabajadores del centro artístico, representantes de las comunidades judía y musulmana y alrededor de  42.500 ciudadanos.
La plataforma MasLibres.org es la coordinadora de la denuncia y aseguran que han hecho llegar sus reclamaciones tanto al director del Museo Reina Sofía, así como al ministro de Educación, José Ignacio Wert, quién también ha recibido miles de llamadas de ciudadanos reclamando sobre este asunto.
Según afirman desde MasLibres.org, su portavoz Miguel Vidal se reunió recientemente con el director de la galería y ha agradecido “la claridad con la que el episcopado español ha señalado la inconveniencia de algunas de las obras que hoy se exponen en un museo y que han suscitado la queja de numerosos ciudadanos, la mayoría de ellos de confesión católica”.
Vidal ha señalado del mismo modo que “coincidimos plenamente con el portavoz episcopal en advertir que, si esas ofensas se hubieran referido a otras confesiones, nos habríamos movilizado de igual manera para preservar la libertad religiosa y el respeto a las creencias”.
La pasada semana un grupo de voluntarios de MasLibres.org se concentró a las puertas del Museo Reina Sofía exhibiendo carteles con imágenes de iglesias en llamas, sepulcros profanados en la vía pública y cadáveres de monjas burlados por los viandantes durante el primer tercio del siglo XX en España.

sábado, 13 de diciembre de 2014

Una ‘dominatrix’ bilbaína al rescate del porno británico







Meterse a regular el porno es complicado. Termina uno teniendo que decidir qué prácticas sexuales son aceptables y cuáles no lo son. Acaba de suceder en Reino Unido, donde se ha introducido una enmienda a la ley que regula la pornografía. Desde el pasado 1 de diciembre, los vídeos porno que se produzcan en el país para Internet tienen una serie de limitaciones. Quedan prohibidos los azotes fuertes en las nalgas, el uso de látigos o fustas, la urolagnia (más conocida como lluvia dorada) y sentarse en la cara del otro. El sexo oral practicado sobe una mujer “con las vías de aire obstruidas”, sea eso lo que sea, se considera “no aceptable”. La eyaculación masculina está bien; la femenina, prohibida.
Lo que hace la nueva enmienda es someter la producción audiovisual pornográfica para Internet a la legislación que rige la pornografía en DVD. Pero resulta que los estudios independientes nunca hacían DVD precisamente porque consideraban que la normativa era muy restrictiva, y quien la supervisa es un organismo privado, la ATVOD,que, según sus críticos, acepta cualquier práctica del porno mainstream pero rechaza las menos habituales. En palabras de la columnista de The Guardian Zoe Williams, “tolera la degradación siempre que le suceda a la mujer”.
La industria del porno está en pie de guerra, pero el debate la ha trascendido. Se trata, para muchos, de una discriminación a las mujeres y a las prácticas sexuales minoritarias. Un atentado a la igualdad de derechos. Y una de las voces más altas en la resistencia es una “dominatrix, artista y activista” nacida en Bilbao, que ya ha ganado alguna batalla a las autoridades británicas.
Itziar Bilbao Urrutia llegó a Londres con 19 años. Vivió en casas okupas y acabó en una facultad de Bellas Artes. “Como todos los estudiantes de arte, necesitaba trabajar”, recuerda. “Yo me movía en el ambiente de clubes fetichistas de Londres, y empecé a trabajar de dominatrix, que es una mujer que crea dominación sexual femenina a clientes que pagan por sus servicios. Estaba bien pagado, y me parecía mejor que trabajar en un bar o en una tienda”.
Hacia 2002 Itziar creó una página web para promocionar sus servicios. “Entonces empecé a desarrollar la imagen, a hacer vídeos, y me di cuenta de que estaba expresando mis intereses conceptuales como artista”, explica. “Temas como la identidad, el género, el feminismo, la representación de la sexualidad, la sexualidad alternativa. Los dos mundos se unieron: mi práctica artística y mi trabajo como dominatrix”.
Así nació, hace ahora cuatro años, Urban Chick Supremacy Cell, algo así como la Célula de Supremacía de la Tía Buena Urbana. Una web de vídeos fetichistas por suscripción, que estéticamente plantea una imagen de activismo político, “inspirada en mujeres como Valerie Solanas”. “Adopté la imagen de una célula terrorista undergroundque aboga por una supremacía femenina absoluta”, explica Bilbao, que encontró en el fetichismo y el BDSM un vehículo para expresar sus ideas artísticas y políticas. Su proyecto formó parte de la exposición Genealogías feministas en el arte español, celebrada en el MUSAC de León en 2012.
Pero aquí en Reino Unido las autoridades no se fijaron tanto en su lado artístico. En junio de 2013 recibió una carta de la ATVOD, la autoridad independiente que regula los vídeos de pago, solicitándole el abono de una cuota para emitir sus “programas de televisión” en Internet. “Me dio por mirar la lista de los estudios de vídeo a los que habían denunciado”, recuerda Bilbao, “y me di cuenta de que la inmensa mayoría pertenecían al nicho de vídeo adulto fetichista y, más concretamente, de dominación femenina. Eso me sonó a persecución”.
La artista puso entonces el asunto en conocimiento de Backlash, una organización de defensa de la libertad de expresión sexual, con la que colabora desde 2009. Allí vieron que había tema y pusieron el asunto en manos del abogado Myles Jackman, más conocido como “el abogado de la obsecenidad”, especialista en libertad sexual y pornografía extrema del bufete Hodge, Jones & Allen.
Después de meses de litigio -y de “interesantísimas conversaciones sobe los límites del arte con chupatintas de la administración”, en palabras de Bilbao- ganaron el caso y la web reabrió este verano. Les convencieron de que aquello era un medio artístico y el de Itziar Bilbao Urrutia se convirtió en “el único estudio de Reino Unido que puede emitir contenido adulto en Internet”.
Aquel largo litigio, cree Bilbao, fue un campo de pruebas para la nueva legislación que entró en vigor el 1 de diciembre. Y ahora ella está coordinando a los estudios de vídeo británicos en la lucha contra una normativa que considera “discriminatoria con el género femenino y con la sexualidades minoritarias”. “Se han puesto a catalogar prácticas sexuales”, opina Bilbao. “Y las que no se pueden mostrar son sobre todo de la sexualidad gay, queer y de dominación femenina. En el porno de los grandes estudios esas prácticas no se ven, así que ellos quedan exentos”. Y ese producto, que para Bilbao es más dañino, es el más accesible. “El porno mainstream”, explica, “exhibe mujeres objetualizadas, con físicos sexuales caricaturescos, es una glorificación del pene”.
En opinión de Bilbao, detrás de esto está “la censura general a los contenidos en Internet”. “Empiezan por el porno”, asegura, “porque da muchos votos apelar a la protección de los niños. Pero no se puede esperar que el Estado haga de niñera. El porno es como el canario en la mina de carbón”.
Esta artista bilbaína, que lleva casi 30 años en Londres, considera que “los británicos son muy retorcidos para el sexo”. “Como los vascos”, añade. “A mí me atrae su complejidad sexual, pero ellos tienen una relación muy difícil con ella. Recuerdo el día en que le conté a mi madre que iba a clubes fetichistas. Ella se quedó pensando un rato y me dijo: ‘Es que los ingleses son así, ¿verdad, hija?”.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

El arte feliz de Joana Vasconcelos





Cincuenta personas se mueven en silencio en una gigantesca nave junto a la desembocadura del Tajo en Lisboa. Hay diseñadores, músicos, costureras, informáticos, pintores, arquitectos, ingenieros, blancos, negros y amarillos, jóvenes, viejos, hombres y mujeres. Imposible adivinar qué les une hasta que aparece su jefa, Joana Vasconcelos. Su obra descomunal, iconoclasta, rompedora en tamaños, materiales y temática conquista museos y galerías de los cinco continentes, arrastrando centenares de miles de visitantes. En su enorme taller de la ribera, esas 50 personas se encargan de poner forma a todo lo que brota por la mente de una portuguesa que ha conquistado el mundo con su atrevimiento.
“El que Portugal tenga un artista como yo es la demostración de un país nuevo, del paso de una larga dictadura a una democracia”, cuenta. “Yo soy un producto de ello. Nací en París, pero vine a Portugal con tres años. Hice toda la escuela en democracia. Si me exiliara, en parte, Portugal dejaría de tener esa imagen internacional”.
La producción de Vasconcelos se genera en este hangar que se baña con la luz plateada del Tajo, aunque la exhibición de sus obras, en un 95%, se realiza en el extranjero. “Soy aceptada en mi país, porque me ven como la representación de su tribu; otra cosa es la intelectualidad local de las artes plásticas, pero eso ocurre siempre con lo más cercano. No estoy cantando el fado, no me quejo”.
“El coraje, la valentía para romper tabúes lo aprendí en España. Los españoles tienen muchas más ganas de vivir, ganas de demostrar lo que puedes hacer. Hay una fuerza en España que en Portugal existe, pero de otra forma. El español tiene un coraje que me encanta. En España aprendí a tener más seguridad en mí misma; a no tener miedo a enseñar mi trabajo. En Portugal me decían ‘¿pero qué estás haciendo?’ Era un mundo cerrado, una mirada conservadora. El desarrollo de mi carrera empezó en España; sin Rosa Martínez no habría participado en la Bienal de Venecia en 2005, sin ella no sería lo que soy hoy, no habría llegado a Versalles. Yo, como artista portuguesa no tenía acceso internacional desde Portugal”.
Peinada y maquillada para la ocasión, Vasconcelos supervisa J’Adore Miss Dior, piezas de un gigantesco lazo, incrustado de luces led, que pronto se expondrá en la Fundación Dior. En otro lado se levanta su emblemático corazón, no menos grande, realizado con cuchillos rojos de plástico. Parece que a la escultora Vasconcelos el tamaño sí le importa. “La escala importa; pero en mi caso solo porque quiere decir algo. La escala es un proceso de traducción de un concepto a realidad. Yo tengo la idea para un tema y debo encontrar la tridimensionalidad que traduzca esa forma de pensar. Las cosas que me pasan por mi cabeza las traduzco en objetos y para ello hay que buscar los materiales. La escala aparece luego en ese proceso”.
¿Y cómo se llega a que Marilyn (2009), un zapato de tacón, mida tres metros de alto por cuatro de largo? “El reto era la idea: traducir la imagen de la mujer contemporánea, que juega a la vez varios papeles en la sociedad; madre, en el desayuno; empresaria, en el almuerzo, y a la noche, vístete para ir al teatro o a un cóctel. Solo ahora se plantean tantos papeles a la vez en la mujer. Antiguamente tenía uno, luego dos. Ahora es frecuente tres en el mismo día. ¿Cómo hablar de esta complicación de papeles? Bueno, la representamos con un zapato, está claro; ¿y el cóctel?, con un tacón de aguja; bien, me faltaba el ama de casa. El símbolo era una cacerola. Podía haber elegido una más pequeña, pero elegí la que tiene un lenguaje universal, la del arroz, la que existe en todas las culturas. Y para exponer todo, el zapato alcanzó una dimensión gigantesca, pero si me pregunta cuántas cacerolas tiene o cuánto mide el tacón no lo sé, no me interesa. Me preocupa si el objeto transmite la idea, si hay comunicación con la gente que lo ve; una comunicación física, que cuando te acerques al zapato pase algo; esa es mi preocupación. No es el tamaño el que causa el impacto, a este se llega de otra forma: tocando en la cultura y en las preocupaciones de la gente. Eso no se hace con dimensiones, sino con emociones y con fisicalidad. Si me habla de escala, le diré que no es la palabra, que es la fisicalidad. La comunicación de los cuerpos es a través de las emociones. No es, ok, tú estás aquí delante y tú allí; tú eres una pintura y yo te miro y no pasa nada. Por eso me interesa más la escultura que la pintura”.

Por un momento Vasconcelos decide sentarse en su despacho, cuajado de objetos kitsch, de referencias a su obra pasada o futura. Sigue hablando, pero a la vez dibuja en un cuaderno arabescos en diversas tintas. Detrás se acumulan los anuarios de su febril actividad. Ha cumplido los 43 y ya lleva más de 22 en la carrera.
Y son 13 los años de A noiva (la novia), una enorme lámpara donde los tradicionales cristales de Murano fueron sustituidos por tampones, uno de esos objetos cotidianos de los que ni se habla ni, menos aún, se muestran en público. “Tuvo mucho que ver con la boda de una amiga que había decidido casarse de blanco”, recuerda la escultora. “Me chocó. El vestido blanco, la perfección, la virginidad; ese día, la mujer se vuelve un objeto. Su vestido es iconográfico, una realidad idealizada por todos, la de la perfección. Es curioso, porque la perfección no existe y, además, el blanco es la pureza, la virginidad, y la mayoría no es virgen el día de su boda. Al hombre le encanta que la mujer esté perfecta ese día. Hay un choque entre la realidad y la imagen que se crea de una perfección abstracta inexistente. Es la dificultad de aceptar a la mujer como es hoy. Se mantiene la tradición. A noiva representa la contradicción entre la mujer tradicional y la contemporánea, que vive la sexualidad de otra manera. La lámpara es la tradición de la casa, del lujo europeo, de la virginidad. Yo hablo mucho de esta contradicción de contemporaneidad y pasado; mujer y hombre, de la dualidad, muy común a los portugueses. Es al final, yo lo veo así, muy poético, muy desa­sosiego, muy Pessoa en ese sentido”.
Uno hubiera esperado en este tiempo la parejita, El novio, una lámpara igual, pero a base de condones. “No es necesaria”, se despacha la creadora. “No estamos en un momento en que se cuestiona al hombre. Se cuestiona a la mujer, la presencia de la mujer en la sociedad. Esa es la cuestión, dónde va, cómo va a compatibilizar su rol familiar, cómo está la mujer europea, cómo va a ser el futuro, la natalidad. Hay muchos temas que están directamente conectados con la presencia activa de la mujer en la sociedad”.
Oyéndola, y viéndola moverse con su túnica negra hasta los pies, parece la Juana de Arco del feminismo… “Rechazo el feminismo de las cuotas. El feminismo de los setenta fue muy importante en su momento, pero no me veo una feminista de los setenta; me inclino por los derechos humanos. La mujer ha de conseguir los mismos derechos que los hombres, por ese lado sí soy feminista. La condición femenina hoy todavía no está al mismo nivel que la del hombre. Hay muchas mujeres en el mundo que no tienen las mismas condiciones de vida que yo, y por eso no tienen las mismas condiciones humanas. Los derechos humanos están por encima del feminismo y de las cuotas de puestos. El día de la final del Mundial de fútbol veía a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, entregando la Copa a Angela Merkel, la canciller de Alemania. Bueno, me dije, el mundo está cambiando. Mujeres muy diferentes, zonas del mundo muy diferentes, grandes potencias dirigidas por mujeres. Es decir, que las mujeres llegan al poder. La mujer ya tiene su lugar, pero hay aspectos de los derechos humanos que todavía no llegan a la mujer, que siguen estando muy mal, incluso en nuestros países desarrollados”.
Lo sufrió ella misma con su obra Burka (2002), un amasijo de telas con la prenda-cárcel, que se eleva con una grúa y que cae abruptamente contra el suelo. Probablemente su obra más cruda. “Paradójicamente, Burka fue censurada en Versalles. Llegas a París, la Revolución Francesa, liberté, egalité, fraternité, la gran exposición de tu vida y una mujer, la comisaria, decide prohibir su exhibición. Te das cuenta de que hay todavía muchas conquistas por delante entre nosotros”.
No es el caso de Burka, pero sí de muchas obras suyas, como Lilicoptere (2012), el helicóptero emplumado de rosa; o Piano Dentelle (2011), el piano forrado de croché de la pata a la cola; o con Carmen (2001), la lámpara gigantesca realizada con pendientes de andaluza; ante ellas, y otras muchas, la gente sonríe al contemplarlas. “No me molesta en absoluto, al contrario, me encanta. Me llena de orgullo. La sonrisa es el placer de la vida. Cuando la gente entra y hace ‘¡guauuu!, ¡qué divertido!’, para mí es lo máximo; es lo que quiero yo, que la gente ame la vida, pero que a la vez se plantee cosas. Que el arte tenga que ser aburrido y abstracto, siempre demostrando la insignificancia del espectador, esa idea elitista de que el arte solo lo deben entender algunos, lo veo muy anticuado. La cultura es mucho más grande y diversificada que antes. No tiene sentido que el arte esté al alcance solo de algunos. Los museos están hechos para que el ciudadano vea las obras. Si el arte no comunica con el público no está ejerciendo su misión”.
Millón y medio de personas visitaron su exposición en el Palacio de Versalles (2012). La realizada en el lisboeta palacio de Ajuda (2013) atrajo a 270.000 personas, cuatro veces más que la más popular en la historia de Portugal. Este año, en Manchester, se repitió el éxito. Su popularidad casa poco con los cánones artísticos. “Hay un prejuicio intelectual. Si tú eres un superventas, no tienes calidad, no eres intelectualidad. Pero hay una cuestión básica: tú tienes que comunicar, si no para qué expones en un museo. El otro día, un comisario me comentaba que él solo organiza exposiciones de 20.000 visitas, porque las de 100.000 no le interesan. Yo nunca había valorado el arte así. Yo había pensado en buenos y malos artistas, pero no sabía que hubiera un límite de público para ser un gran artista; a medida que aumenta, decae tu calidad. Es importante tener visitantes. Yo consigo la sonrisa, la reacción de la gente ante mi obra, y después del ¡guau!, si la gente tiene un poco más de tiempo para pensar, mejor. Yo consigo comunicar, pasar mis preocupaciones, mis obsesiones, mi estado de espíritu. La gente con mi obra piensa, y con ello puede haber una transformación del mundo. Yo ayudo con mis cosas a comunicar para que todos cambiemos para algo mejor; pero sin hacer algo no hay transformación; con números, con más visitantes, es más posible el cambio”.
“Mis obras tienen dos tiempos”, continúa Vasconcelos, a la que le solivianta el tema de la intelligentsia. “La primera mirada: cuando la lámpara se ve de lejos, es una lámpara muy bonita; y una segunda mirada, cuando la gente se acerca, y ¡oh!, no es de cristales sino de tampones. Las caras cambian del superguay a algo muy raro. Lo que empezó con una sonrisa, no sabes si seguirá con un lloro, si esconderán al niño, si darán media vuelta… No saben qué hacer. Ahí empieza el pensamiento. Hay los que se quedan en la primera mirada, pero también los que no. Veo mis piezas muy democráticas. Si te quieres quedar en el primer flash, adelante, pero si quieres pensar más, yo les doy la oportunidad, pero de una forma natural, agradable. No es el ‘tú no entiendes nada, estúdiate el folleto antes para que puedas ponerte a la altura de mi obra”.

En el piso de arriba, arquitectos e ingenieros calculan los problemas técnicos de lo que imagina Vasconcelos. Las paredes están llenas de planos, donde se disecciona la obra en fórmulas matemáticas. Todos los cálculos para que no ocurra una catástrofe; con Blue Champagne, un candelabro de 10 metros de altura formado con 2.071 botellas, o cómo colgar La Walkiria, un monstruo textil de 13 metros de largo por 6 de alto, en un palacio que no permite ni taladros ni berbiquís. Paseando por los diferentes departamentos de la factoría de arte, resulta difícil adivinar hacia dónde va Vasconcelos. “No lo sé. No tengo una línea conductora. La escultura tiene un estereotipo muy determinado, muy tradicional. Es un hombre, fuerte, grande, y trabaja un material duro, llámese Rodin o Serra, con sus gigantescas obras de hierro. O madera, o piedra. Son los materiales clásicos y el sexo es masculino. Cuando llega la mujer a la escultura, su mirada sobre los materiales es diferente”.
De los materiales nobles, como el hierro o el mármol, Vasconcelos se ha precipitado a lo más mundano, como el tendedero o la plancha. “Tengo una identidad nueva, que poco tiene que ver con la ecuación artista-material. El hombre es un escultor con un material que trabaja toda su vida. El hombre es un individuo práctico, técnica-materia-hombre. La mujer no es así, hace muchas cosas al mismo tiempo, tiene una capacidad de mirada desde muchos ángulos. Es una característica femenina. Yo no tengo un material, tengo muchos materiales. No sigo como un hombre, todo muy claro y muy determinado y muy concreto. No tengo una línea única”.
En una sala, 12 personas trabajan con sus dedos y una aguja en turnos de mañana y tarde. En silencio, para no perder la concentración, tejen punto de cruz de estilos y colores determinados por la Vasconcelos. Después forrarán leones, langostas o reproducciones de la Venus de Milo. Los objetos del hogar, del cuchillo de plástico a la plancha o al punto de cruz son una constante en la obra de Vasconcelos. “Yo soy mujer. Yo puedo hablar de lo doméstico. Es un conocimiento genético, hereditario de generaciones y generaciones de mujeres que a mí me dan la posibilidad de, ok, yo conozco esto, pero también puedo hacer algo más. La descontextualidad de esos objetos solo la puede hacer una mujer. El hombre no los conoce. Hemos nacido sabiendo lavar sábanas, fregar vajillas y quitar polvo a los muebles. Es un rito”.
Dos y media de la tarde, los empleados de Joana Vasconcelos recogen puntualmente la mesa plegable donde han almorzado mirando al Tajo. Una hora de descanso. Los informáticos vuelven a sus bases de datos, los arquitectos a rediseñar Blue Champagne, los ingenieros a ingeniar cómo colgar otra walkiria en otro palacio, los administrativos a controlar gastos y envíos de obras a Turquía, Corea o Singapur, las ágiles manos de costureras a seguir con su punto de cruz para forrar vacas o lo que esté brotando ahora por la cabeza de la Vasconcelos que, en estos momentos, parece enfrascada en supervisar cada nota musical de cada tecla de cada teléfono de su última obra, Call center, una gigantesca pistola, “que simboliza el poder de la comunicación, que controla nuestras vidas y nos está matando”.

lunes, 8 de diciembre de 2014

Dos Jotas: Parque Público


El parque, ese espacio público cada vez más privado, con hora de apertura y cierre, sin espacios acondicionados al juego, sin luz nocturna, sin gente. Junto a los deportes típicamente urbanos como el skate, prácticamente criminalizado en todas las ciudades, por ejemplo Madrid, donde la circulación y realización de acrobacias con patines o monopatines por aceras o lugares para el tránsito peatonal está considerado como infracción gravelas multas pueden llegar hasta los 1.500 euros.  
La acción, dividida en dos partes, consistió por un lado en pintar frases relacionadas con el espacio público, la idea de parque y su uso. Por otro lado, la representación de los deportes urbanos desplazados de la ciudad a áreas creadas para su uso específico.

La intervención fue realizada sobre siete puentes situados en el parque Pradolongo, en el barrio de Usera, Madrid.


The park, this public space increasingly private, with opening and closing time, without spaces to play, without night light, without people. Along with the typical urban sports like skateboarding, criminalized in all cities, such as Madrid, where circulation and performing acrobatics on skates or skateboards on sidewalks or places for pedestrian traffic is considered as a serious offense, fines can reach to 1,500 euros.

The action is divided into two parts, one hand consisted of painting phrases about public space, the idea of park use. On the other hand the representation of the displaced urban sports of the city to specifically areas for use.


The intervention was performed on seven bridges in Pradolongo park in Usera district, Madrid.





Free entry

Acoustic pollution free zone

Leisure and enjoyment space

Improvises the way, surprising

Allowed to play ball
  
More trees, more swings, more play

Public recreation space



BLANCA ORAA MOYUA

Archivo del blog