lunes, 22 de enero de 2018

París, WomenHouse



Women-house rosaCarla Accardi, Triplice tenda[Triple tente] 1969-1971.
Marisa González, artista
París es una ciudad que siempre ofrece un panorama expositivo de sumo interés en el arte contemporáneo. Pero vamos a acotar la selección para destacar una sola exposición: Women House en El Palacio de La Moneda, un espacio que no es el habitual en el recorrido de grandes exposiciones de la ciudad como el Palais de Tokyo, su vecino el Museo de Arte Moderno de la Villa de París, el Jeu de Paume, el Pompidou, Fundación Vuiton, Maison Rouge, etc.. “La Monnaie de Paris” es la institución más antigua de Francia, ubicada en un palacio en la Rive Gauche, mirando al canal junto al Pont Neuf. Además de poder visitar su gran patrimonio y los salones que lo albergan, han habilitado un nuevo espacio expositivo en septiembre de 2017 con una apuesta clara por el arte contemporáneo con la exposición “Women House”.
Women House es una exposición cuyo evidente titulo es un homenaje a la exposición “Womenhouse” organizada por Miriam Shapiro y Judy Chicago en el año 1972 en Los Angeles, cuando transformaron una vieja mansión de Hollywood en un espacio expositivo mostrando los trabajos de veinticinco artistas que marcaron un hito en la historia del arte feminista. Fue la primer exposición en el mundo occidental centrada en las mujeres. En la Wikipedia existe un articulo dedicado exclusivamente a la exposición original en California. https://en.wikipedia.org/wiki/Womanhouse
Women House, como su titulo indica, se centra en dos campos: el género femenino y el espacio doméstico. Partiendo de la premisa de que el espacio público ha sido ocupado principalmente por hombres, dejando el espacio doméstico como territorio de las mujeres, su refugio, en unos casos como espacio familiar, prisión, o espacio creativo.
La exposición se sustenta en el mítico ensayo de Virgina Woolf “Una habitación propia” en 1929, cuando ya reclamaba un espacio de trabajo para la mujer fuera de su territorio tradicional, “la cocina”. Esta ha sido la fecha de punto de partida para construir el relato de esta exposición, con obras producidas por una generación de jóvenes artistas femeninas, hasta los años 70, período en el que las artistas se revelan contra la privación de espacio físico para trabajar y exponer, y la falta de espacio simbolico, y de reconocimiento, hasta la incorporación de artistas con obras recientes.
La exposición comisariada por la directora de exposiciones de La Monnaie, Camille Morineau -en 2009 comisaria de general de Elles@CentrePompidou– y la comisaria de exposiciones de la misma institución Lucia Pesapane, está compuesta por trabajos de cuarenta artistas con obras realizadas en el pasado siglo XX y en el siglo actual.
La exposición está basada en un diálogo de continuidad con sus predecesoras de los años setenta. Los ocho capítulos que comprenden la muestra reflejan la complejidad de los posibles puntos de vista sobre el tema y desafían las ideas tradicionales sobre el género enfatizando la pluralidad de puntos de vista de las mujeres, mostrando no solo trabajos feministas (esposas desesperadas), sino también poéticas (una habitación propia), políticas (casas móviles) o nostálgicas (casas de muñecas). Según la directora del National Museum of Women in the Arts de Washington DC (NMWA) Susan Fisher Sterling, “se trata de los roles tradicionales de género en nuestra sociedad, y demuestra cómo las mujeres artistas han desafiado y revisado nuestras ideas sobre las mujeres, el hogar y el cuidado”.
Los ocho capitulos de la exposición son: Esposas desesperadas, El herido hogar, Una habitación propia, La casa de muñecas, Marcas, Construcción como autoconstrucción, Casas Móviles y Mujeres-casas.

women-house-exposition-monnaie-de-paris-3Joana Vasconcelos, 2010
Las 39 artistas de  Women House proceden de cuatro continentes, desde la histórica Claude Cahun hasta una nueva generación: la artista mexicana Pia Camil, la portuguesa Joana Vasconcelos, la alemana Isa Melsheimer, la iraní Nazgol Ansarinia,  o las francesas Laure Tixier y Elsa Sahal. Hay artistas cuyos nombres son ya históricos e incuestionables (Louise BourgeoisNiki de Saint PhalleMartha RoslerMona HatoumCindy ShermanRachel Whiteread), otros nombres son resultado de descubrimientos recientes vinculados a una lectura de la historia del arte más paritaria  (Birgit JürgenssenAna VieiraLaetitia ParenteHeidi Bucher). No hay ninguna artista española.

m5066_mdp_00049532_webentMartha Rosler, serie Body Beautiful, or Beauty Knows No Pain: Woman with a Vacuum 
En el primer capítulo: Esposas desesperadas, hay varias obras de la histórica norteamericana Martha Rosler, como su obra emblemática “Women with a Vacuum”  o las cocinas con un pecho de mujer en el horno “Hot meat”. De la artista Valie Export “El nacimiento de Madona”, o el interesante video sin titulo de Cindy Sherman (ella en la cocina).
Valie ExportValie EXPORT, El nacimiento de Madonna

Segundo capítulo: La casa que duele, con fotografías de Helena Almeida “Estudio para dos espacios” (abriendo un portón de la casa) o Lydia Schouten con un video en blanco y negro “jaula”, Lucy Cunning “saltando por la habitación”.
Tercer capítulo: Una habitación propia arranca con la magnifica fotografía de Claude Cahun “Autorretrato” (durmiente en la estantería de un mueble clásico), Zanele Muholi con una fotografía realizada en Johanesburgo de dos mujeres en un rincón de una vieja cocina, y Kirsten Justen, ”Retrato en un armario con colección”.
Cuarto capítulo: La casa de muñecas con Penny Slinger “La casa del exorcismo” (casitas de madera con diversos objetos), fotografías de Laurie Simmons “mujer abriendo la nevera” o “Mujer con periódico en sofá rojo” y la exquisita obra de Rachel Whiteread “juego de ajedrez moderno”, que consta de un tablero cuyas fichas son muebles y la cuadrícula formada por coloristas tejidos.

rachel-whiteread-modern-chess-set-2005-c-rachel-whiteread-courtesy-of-the-artist-luhring-augustine-new-york-lorcan-o-neill-rome-and-gagosian-gallery-800x0Rachel Whiteread;  Modern Chet Set, 2005
Quinto capítulo: Marcas o huellas con una pieza de Heidi Bucher titulada “Mental Institution-Castillo de Bellvue”. La conocida pieza el colchón de goma de Rachel Whitered “cama de aire” o las cortinas de techo a suelo elaboradas con fragmentos de telas de Isa Melsheimer.
Sexto capítulo: Construcción como autoconstrucción. Ana Vieira presenta la instalación “comedor”, consta de un espacio cuadrado delimitado por una fina estructura de metal con paredes de nylon cuyas telas han sido pintadas con los muebles de dicho espacio.

Nill YalterVista de la exposición, con pieza de Nil Yalter
Séptimo capítulo: Casa Móvil. Nil Yalter presenta “Topak EV”, obra realizada en 1973 consistente en una cabaña de fieltro a tamaño real. Uno de los conocidos trailers de Andrea Zittel titulado “vehículo de escape”. La tienda de campaña de Lucy Orta titulada “cuerpo arquitectura”. Las fotografías de Sue Williamson “Somos como peces”, con varias imágenes de un barrio de pescadores en cuyas fachadas hay grafitis con el titulo de la serie. Shen Yuan construye la obra de suelo “peluquería” mediante una gran peluca realizada con esparto trenzado.

mdp-2017-women-house-44Shen Yuan, Hair Saloon [Salon de coiffure], 2000
El octavo y último capítulo Mujeres-casas consta de una escultura monumental de Niki de Saint Phalle titulada “Nana-casa”, La “araña” de bronce de Louse Bourgeois, la fotografía de Laurie Shimmons “La casa andante” y de Elsa Sahal, “cueva genealógica”.

mdp-2017-women-house-14Niki de Saint Phalle, Nana-Maison II, 1966-1987.
Esta exposición organizada por el Palacio de la Moneda de París se puede visitar hasta el 28 de enero y posteriormente viajará a EE UU al National Museum of Women in the Arts en Washigton DC, del 8 de Marzo al 28 de Mayo de 2018.

Women-House-07.nocrop.w840.h1330.2xLouise Bourgeois, Spider (Araignée), 1995 en La Monnaie

viernes, 19 de enero de 2018

Borja-Villel firma su renovación al frente del Reina Sofía

Manuel Borja-Villel, el pasado 11 de noviembre.
Manuel Borja-Villel, el pasado 11 de noviembre. ÁLVARO GARCÍA
El director del Museo Reina Sofía, Manuel Borja-Villel, renovó hoy su contrato al frente de la institución cultural por cinco años más. La prolongación se daba por hecha y solo estaba a falta de la firma del ministro de Cultura, Educación y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo. La rúbrica llegó a mediodía, según fuentes del ministerio.
Borja-Villel dirige el museo madrileño desde 2008 tras un concurso en el que se invocó el Manual de Buenas Prácticas, unsistema transparente de elección de cargos culturales. Según este, su contrato tenía una duración de cinco años renovables por otros cinco con un límite de 15. En 2013, se dio la primera de esas renovaciones. En la historia, no siempre sosegada, del Reina Sofía, sus antecesores no han gozado de la misma tranquilidad para desarrollar los respectivos proyectos. Si Tomás Llorens dejo el cargo algo menos de dos meses después de la apertura de puertas del museo en el edificio Sabatini, María de Corral solo pasó tres años al frente de la institución, reemplazada por José Guirao (1994-2001). A este le siguieron Juan Manuel Bonet (2001-2004) y Ana Martínez de Aguilar (2004-2007).
Borja-Villel (Burriana, Castellón, 1957) llegó a Madrid procedente de Barcelona, donde fue director del Museu d’Art Contemporani de Barcelona (Macba, 1998-2008) y anteriormente de la Fundació Tapiès (1990-1998).
Desde el principio, su gestión se ha caracterizado por imprimir una marca muy personal en el museo, con una política de exposiciones de tono abiertamente político y conceptual, que ha sido defendida por plantear un relato propio de la historia del arte con especial atención al conflicto social, y criticada por ser poco complaciente con el público. En 2017, el Museo Reina Sofía recibió 3.880.812 de visitantes en sus distintos espacios (que incluye los palacios Velázquez y de Cristal, ambos en El Retiro), algunos de acceso gratuito, lo que supone un 3,6% de aumento con respecto al 2016.
Las muestras más exitosas de su era han sido las dedicadas a Dalí (2013) y la más reciente organizada el año pasado con motivo del 80 aniversario del Guernica, la pieza capital del centro en torno a la cual se ha construido el discurso de la colección permanente.
“Los ejes de su programa en el museo”, se puede leer en la web del Reina Sofía, “son el desarrollo y reordenación de la colección; el planteamiento sistemático de una serie de exposiciones de tesis y la creación de un área de actividades públicas y, en general, la puesta en marcha de una estructura internacional de museos en red. Bajo su dirección se ha aprobado la ley propia para el museo”.
Entre sus empeños han figurado la creación de la Fundación Reina Sofía de coleccionistas, que ha propiciado donaciones y compras que en 2017 ascendieron a unos cuatro millones de euros, y la apuesta por los discursos artísticos de la periferia frente a los del centro.

jueves, 18 de enero de 2018

Una publicación repasará la vida y la obra del pintor donostiarra Juan Luis Goenaga




Goenaga, ayer en la sala gasteiztarra
Juan Luis Goenaga.
Una publicación repasará la vida y la obra del pintor donostiarra Juan Luis Goenaga. Editorial Nerea será la encargada de la edición y publicación, patrocinada por Petronor.
DONOSTIA. En rueda de prensa en Donostia, el presidente de Petronor, Emiliano López Atxurra;acompañado de la consejera delegada de editorial Nerea, Marta Casares;de Juan Luis Goenaga;y del historiador de arte y autor del libro Mikel Lertxundi, ha presentado este proyecto. Al acto han acudido también los hijos del artista, Telmo y Bárbara, promotores de la iniciativa.

López Atxurra ha destacado que Petronor "mantiene un firme compromiso hacia la difusión del arte y la cultura desde sus inicios" y así en su haber destacan obras publicadas como 'Muñatones-Punta Lucero', 'Gure hegaztiak', 'Itxaskaria', 'Arrantzaria', 'Marcelo Gangoiti y Urrutia', 'San Martín de Muñatones, el Castillo, el Palacio, la Ermita' y 'Nudibranquios de la Costa Vasca'.

Asimismo, el pasado año patrocinó la obra titulada, 'Lazkano', publicada por la propia Editorial Nerea, dedicada al pintor realista bergarés. También en 2017, patrocinó la exposición de la colección Koplowich en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, "que recibió más de 100.000 visitas".

El presidente de Petronor ha enmarcado esta publicación en ese "compromiso social y cultural" de la empresa. Con texto de Mikel Lertxundi, el libro se publicará en euskara, inglés y castellano, con introducción del historiador de arte y museógrafo Miguel Zugaza, que ha trabajado para el Museo de Bellas Artes de Bilbao, el Museo Reina Sofía o el Museo del Prado, entre otras instituciones de arte.



Army of Poets, Lita Cabellut, Opera Gallery

Army of Poets, Lita Cabellut, Opera Gallery from ZIGGURAT FILMS on Vimeo.

lunes, 15 de enero de 2018

Alain Dominique Perrin: “El arte contemporáneo es libertad”




Con el creador de la Fundación Cartier de París iniciamos una serie de conversaciones entre Dani Levinas, presidente del patronato de la Phillips Collection, en Washington, y algunos de los más influyentes coleccionistas del mundo

Perrin, en su castillo de Lagrezette, en Caillac (Francia).
Perrin, en su castillo de Lagrezette, en Caillac (Francia).  AFP
A sus 75 años, Alain Dominique Perrin (Nantes, 1942) no pierde las buenas costumbres. Este ejecutivo francés, coleccionista de arte y creador de la Fundación Cartier, ha logrado ser un precursor en todas aquellas áreas en las que se lo ha propuesto. Será difícil que eso vaya cambiar a estas alturas. Algunas personas señalan el camino, otras ayudan a demarcarlo y muchas otras lo recorremos. Y Perrin no parece cansarse de señalar nuevas vías. Convertido en mandamás de Cartier en 1975, desde esa posición expandió la industria del lujo. Y entre sus decisiones, la más audaz fue crear, en 1984, una fundación para el arte contemporáneo.
Esta ilumina hoy Montparnasse. No es solo lo que la fundación ha hecho, sino el modo en que, mucho tiempo después, iniciativas de otras compañías referentes en la industria del lujo fueron copiando aquellas ideas. Hoy son norma, parte de una realidad que se financia más desde el sector privado que desde el público.
Aquel impulso extraño tuvo que ver con el contexto político de la Francia de mediados de los ochenta. Dice Perrin, con ese tono tan suyo que puede pasar por pedante, pero que en realidad esconde la confianza en las ideas propias, que la tarea fue laboriosa. “Tras la elección de Mitterrand [como presidente de Francia], los socialistas se pusieron de moda y nos vimos ante la necesidad de transformarnos en actores claves no ya de nuestro sector, sino de la sociedad. Así que, a pesar de que Cartier era ya una marca de renombre mundial, decidimos enfocarnos en el negocio y el mecenazgo. Con ese fin creamos la fundación, con la idea de ayudar a artistas contemporáneos a encontrar subsidios y dinero del sector privado para darles la libertad económica con la que crear, tarea ardua, porque el arte contemporáneo no existía”.
El escultor [Cesar Baldaccini], padrino de la fundación, fue clave desde el comienzo; eligió el lugar adecuado para su establecimiento y ayudó a Perrin a materializar la extravagancia décadas antes de que la fiebre por el arte contemporáneo, que hoy se refleja en ferias, galerías, colecciones de bancos, museos y particulares, fuera imaginable.
Sede de la Fundación Cartier, en París, edificio diseñado por Jean Nouvel.
Sede de la Fundación Cartier, en París, edificio diseñado por Jean Nouvel. 
Por romántico que parezca, aquella no solo era una estrategia de expansión corporativa. También era filantropía en el mejor de los sentidos. Más allá de su utilidad para desgravar impuestos, la sociedad a la que están dirigidas se enriquece con su acción.
Elección del presidente Jacques Chirac y designación del ministro de Cultura François Léotard mediante, Perrin se volvió un hombre fundamental para lo que luego fue una ley de mecenazgo pionera, que permitió hacer deducciones corporativas que incentivaran la adquisición de arte contemporáneo.
“Por lo menos, abrí una puerta, partiendo de un argumento muy simple: ¿por qué demonios puedo deducir impuestos de mi inversión en fútbol, pero no en arte? ¿Acaso este no es un país civilizado? Lo importante, entonces, fue elegir: ¿dónde quieres ayudar? ¿Arte, fútbol o investigación médica?”, recuerda.
Y, socarrón, agrega: “Esto es muy francés, pero cuando inauguré la fundación, el proyecto era único en Europa y todo el mundo estaba esperando que fracasara. Pero les salió mal: fue un gran éxito y todos reaccionaron. Así fue como 30 años más tarde, Bernard Arnault eligió abrir la Fundación Louis Vuitton el mismo día en que nosotros celebrábamos nuestro trigésimo aniversario. [El presidente François] Hollande y los famosos estuvieron con él, pero los grandes artistas estuvieron con nosotros”.
Perrin destaca el modo en que es financiada la fundación: un 90% por Cartier y un 10% por proveedores que trabajan con la marca y, naturalmente, por particulares. Comprar obra, montar y realizar las exhibiciones y mantener el espectacular edificio que Jean Nouvel dio a luz en 1994, es una tarea que supera los 10 millones de euros anuales (unos 8,2 millones de euros). Con la venta de libros, catálogos y entradas, se recuperan cerca de dos millones.
“Después de todo este tiempo, tenemos una verdadera familia de artistas, que son nuestros amigos y comprenden y comparten la identidad de la fundación, como Guillermo Kuitca y David Lynch”.
Cuando le pregunto cuáles son las reglas con que se rige ese mundo cerrado, aclara: “Hervé Chandès es el director y, si bien yo tengo derecho a veto, solo lo ejercí dos veces en 33 años, como cuando me negué a hacer una exposición del fotógrafo David Hamilton. Esencialmente manda él”.

Sin favoritismos

Luego de formular esa aclaración, responde con la misma firmeza con que ha tomado, ya como estudiante, ya como gestor, ya como coleccionista y ya como hombre de negocios, decisiones propias de un hombre al que no carcome la duda: “El presupuesto, la contabilidad y la planificación de las exposiciones es llevado a cabo por el Comité Ejecutivo de la fundación, donde trabajan alrededor de 40 personas, cinco de las cuales son comisarias. Pero las reglas siempre fueron claras: realizar una muestra temática anual totalmente abierta al público y no mezclar Cartier con la fundación, para que los artistas no trabajen con la empresa ni nosotros seamos sospechosos de favoritismos, de manera que los ayudemos a promover su trabajo sin pedir nada a cambio. Eso es sumamente infrecuente y, aunque nos copian el estilo, el hacer exposiciones temáticas con coherencia y profundidad, como la que dedicamos en homenaje a Ferrari, al rock and roll, a las matemáticas o a los años 60, no se le da tan bien a la competencia”, asegura.
Dardos venenosos que van apagando la charla con Perrin a medida que el día cae y la luz eléctrica inunda el último piso de la Fundación Cartier con la prepotencia y la elegancia de que solo es capaz París. Pero todavía no está todo dicho para este Comendador de la Legión de Honor. “La industria del lujo ha puesto su dinero y su atención en el arte contemporáneo, aunque me temo que eso puede llevar a que esté excesivamente de moda y se vuelva demasiado caro y exclusivo”. Y remata: “Pese a que es admirable lo que ha hecho gente como François Pinault, debemos tener cuidado de no ir demasiado lejos ni de perder de vista que, básicamente, el arte contemporáneo es libertad”.
Con el anhelo de que la Fundación Cartier sea parte del ADN de la marca francesa el resto de su historia, la conversación acaba. Siglos de sabiduría se ciernen sobre la tarde-noche de París para repetir, al modo del militar y político José de San Martín: “Serás lo que debas ser, o no serás nada”. La cita se antoja dicha para Perrin.

BLANCA ORAA MOYUA

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