En Trabajo Absoluto el escultor analiza, a través de casi 50 obras, cómo la sociedad de hoy en día busca la rentabilidad de todos los actos, hasta del descanso
SAIOA CAMARZANA | 01/11/2016
Juan Luis Moraza junto a Erosis, 2016
La muestra, que viene precedida por la exposición homónima que tuvo lugar en la galería Espacio Mínimo, quiere mostrar que "vivimos en una sociedad donde la mayor parte de la gente está viviendo de un trabajo que poco tiene que ver con su deseo", señala Moraza. Y, en segundo lugar, tiene que ver con esa "capitalización extrema de la que forma parte hasta el ocio". En este sentido, piensa que "cada vez estimulan más un tipo de ocio predeterminado" en el que incluso nos llegamos a convertir en productos. Sus reflexiones, que casi siempre son completadas tras la elaboración de las piezas, "no son ilustraciones de una reflexión sino el motor que las ha generado a partir de unas incisiones que llegan de una observación dolorosa de la vida".
Como artista, dice, se siente privilegiado por poder hacer el trabajo que hace, pero sí siente que "a veces el trabajo artístico, por gozoso que sea, termina por sacrificar la vida personal y familiar". De modo que esta muestra tiene una doble reflexión a sus espaldas; por un lado la personal y, por el otro, la de la sociedad en la que vivimos. Un ejemplo de esa laboriosidad a la que estamos sometidos la transmite en su obra Calendario de fiestas laborales, un título que ya de entrada es algo contradictorio. "Imaginé ese Trabajo Absoluto en un calendario donde todos los días son fiesta pero todos los días se trabaja". Y para ello remite a Indonesia donde vio que "la fiesta está tan mezclada con la vida social, religiosa y política que tienen un calendario cualitativo en el que se habla de qué tipo de momento es". Con esa lógica, Moraza creó su propio calendario en el que todos los días son 1 de Mayo, menos el propio 1 de Mayo, que lo suprime, todos los días se trabaja y cada día aporta un aforismo. "Trabajo Absoluto identifica un momento en el que ocio y trabajo, vida cotidiana y labor profesional, ha desaparecido".
Calendario de fiestas laborales, 2016
Pregunta.- Esa pérdida del límite entre trabajo y ocio puede darse algunas profesiones más que en otras. Los artistas, por ejemplo, trabajan por gusto, es decir, no tienen un horario pretederminado y al mismo tiempo no entienden de festivos, o, ¿sí?Respuesta.- Yo no tengo horarios, me tienen que decir que es domingo porque a veces no me entero. En ese sentido somos la vanguardia de la explotación máxima del capitalismo. El arte moderno, en su afán de ser revolucionario y transgresor, ha mostrado patrones que de manera perversa se han convertido en la vida cotidiana de la gente. La gente no está explotada al estilo del siglo XIX porque ahora todo se hace de manera voluntaria. Pero esa voluntad está condicionada por la fuerza que tienen los sistemas de los media y de opinión. ¿Quién posee los medios de producción de opinión? Porque quien los tenga gobierna la democracia. Dicen que todos tenemos la capacidad de influir pero en realidad no todos tenemos el mismo poder de influencia.
P.- Pero, al mismo tiempo, el arte es algo completamente vocacional
R.- Para mí el trabajo del artista es muy privilegiado porque el deseo y la elaboración van juntas y, por tanto, no es un trabajo alienado como lo definían Marx y Freud, cada uno a su modo. El trabajo alienado es que uno está separado de lo que hace y el trabajo del artista es lo contrario. La sociedad te permite el privilegio de desarrollar un trabajo que a cambio devuelve una reflexión compartida que puede incidir o exceder lo cotidiano.
P.- ¿Se trata por tanto, de una crítica a la sociedad que nos aliena?
R.- Para mí es menos crítica que significación. El trabajo bien pensado del artista contrasta cada vez más con ese tipo de trabajo en el que hay una lógica de productividad que conduce a la lógica de la alienación. Cada vez más estimula un tipo de ocio que a su vez está predeterminado para que nos tengamos que esforzar mucho para ser mejores productos, para vivir. Tener un buen cuerpo, tener buenas formas de sociabilidad, etc. Incluso hay negocios con esas premisas para generar una expertización que conduce a un trabajo destemporalizado, un trabajo de 24 horas al día, 365 días al año.
Retratos republicanos, 2014
P.- ¿Quiere decir que nos convertimos en lo que ellos quieren?R.- Ese ellos somos nosotros también porque hemos interiorizado unos modos de vida que consideran que lo que no es productivo en términos de vida es algo superfluo y vago. Es una locura porque parece que todo aquello que no pueda reducirse a algo útil no tiene derecho a existir. Además, hay expertos que se reúnen para decidir qué nos va a gustar dentro de seis meses o en la temporada de verano de 2017-2018 y de manera casi espontánea todos queremos eso. Es como en el gimnasio la gente que sube y baja escaleras está convencida de que lo está haciendo él. Ya no hay diferencia entre lo voluntario y lo involuntario.
P.- ¿Es eso el Trabajo Absoluto, que ya no sabemos lo que hacemos por nosotros mismos y lo que hacemos porque lo interiorizamos como lo debido?
R.- Para mí tiene que ver con el trabajo absoluto porque no hay diferencia entre el ocio y el trabajo. Te permite trabajar desde casa, pero trabajas más. Al final el trabajo es un sistema de comunicaciones y cooperación. No tengo que cultivar la comida que como porque hay otra persona que lo hace pero yo a cambio doy otro bien a través de una cadena cooperativa. De modo que toda la cadena de trabajo es como una gran red social.
@scamarzana
Trabajo Absoluto sección a sección
Tug a Work: "Se trata de una adaptación de la sokatira como juego de conquista territorial", define el artista. "Es una estrategia territorial en la que el acuerdo tiene como símbolo la cuerda, que está hecha de finas hebras para colaborar y ser fuerte. La cuerda se hace monumento y se glorifica la fuerza de la unión. La cuerda se iba rompiendo y se necesitaba más gente de modo que la cuerda era la negociación. Si la guerra es la máxima expresión de un conflicto, el trabajo es el de una cooperación global".Erosis: "Eros como apertura y encuentro con el otro y erosión como un desgaste. Se vio ya en Madrid y está constituida por tizas de tamaño antropométrico. La más alta tienen uno 70-75 centímetros, es la más entera, la que menos experiencia tiene. Y la más pequeña unos 20 centímetros. Ambas intentan rememorar las formas que tienen las tizas cuando se gastan. Es muy evocador de la tradición del constructivismo, de las formas abstractas del siglo XX. Está referido en una gran pizarra negra que está tan llena de escrituras de tizas que están blancas y ya no se puede escribir más. La otra está hecha de carboncillos sin usar de escala humana. Cuando en el siglo XX una persona iba a un museo y veía un urinario alucinaba y es ahí donde se daba el corte, lo trasgresor. Ahora, 100 años después, lo que uno busca en un museo de arte contemporáneo son hasta las cosas más banales, más cotidianas por tanto el contraste ese ya no es posible".
Calendario de fiestas laborales: "Son 365 aforismos diferentes, cuatro de ellos son originales, míos, sobre reflexiones acerca del trabajo absoluto. También hay un grupo de frases de grandes escritores que he traducido a este tema. Uno de esos aforismos viene de Baudelaire cuando dijo que "La máxima astucia del diablo consiste en convencernos de que no existe". Lo he traducido a 'La máxima astucia del trabajo es convencernos de que se trata de ocio'".
república: "Está vinculada a la exposición del Reina Sofía y a las formas de participación donde el sujeto se convierte en ciudadano. El uso de una herramienta de manera automática hace que se mimetice con el operador. En retratos republicanos se exploran estas formas, convirtiendo las atornilladoras en cabezas al estilo de los retratos republicanos. La referencia a las formas de participación ciudadana las hago con dos maneras que aún perduran: Los tributos y los plebiscitos. En la primera la tribu se hace sacrificando parte del trabajo propio y la obra Democracia fiscal consiste en la reproducción de diez páginas de un supuesto programa para hacer la declaración de la renta en la que tú decides a dónde se dirige el 100% de tus impuestos. Cada vez que la haces defines la estructura del estado y de la administración, esa es la máxima expresión que existe de la democracia. Los plebiscitos tienen que ver con la plebe, con la selección y la forma de la participación a través de los votos que aquí está llevada hasta el límite. Hay diferentes urnas que representan diferentes sociedades. Una urna de mármol en la que no hay manera de meter el voto, otra en la que dentro hay otra urna y así hasta que voto nunca llega, una urna llena de granitos de arena, como metáfora de la aportación, pero que es como un desierto interno, etc".
Software: "Hay hachas, martillos y brocas que taladran con la estructura de doble hélice del ADN convertido en una cabeza de una broca que taladra. Otra obra audiovisual contempla dos clavos besándose de punta a punta y el sonido metálico del choque".
Anormatividad: "Tiene que ver con nuestros modos de operar funcionalmente con la realidad. Existen porque hay un sistema simbólico compartido y me imaginé una situación en la que los sistemas de medida fueran como un sufragio universal para que existiera una medida para cada sujeto. Por tanto, si hay una medida para cada persona la regla ya no sirve para medir".
La fiesta como oficio: "Hay una paradoja que remite a esa lógica en que la noche y la fiesta se ha convertido en una obligación para formar parte de algo. La fiesta como oficio recrea una especie de verbena totalmente fabricada con carteles del trabajo, usando ese código de mezcla entre amarillo y negro que se usa cuando hay obras y simboliza el peligro. Aparece el binomio de guerra y trabajo con una versión del cartel de John Lennon y Yoko Ono que decía War is Over. Aquí es Work is all over pero el juego tipológico hace que veamos Work is over cuando en realidad está diciendo que está en todas partes".
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