jueves, 4 de agosto de 2016

Barcelona, un poco más fotográfica



Local de la futura Fundación Foto Colectania, en una antigua guarnicionería ecuestre del Paseo Picasso. MAHALA NUUK
“La fotografía y la cultura de la imagen se expanden y el futuro de Colectania pasa por la continua adaptación a los cambios en los conceptos de centro de arte y de fotografía. De ahí una nueva sede que nos permita mayor visibilidad y potenciar la vertiente educativa”. Así lo ve Pepe Font de Mora, director de Fundación Foto Colectania de Barcelona, desde la antigua guarnicionería ecuestre del Paseo Picasso, que Pilar Líbano y Jaume Pons convertirán en la nueva sede de la entidad creada por el empresario Mario Rotllant, dedicada a la divulgación y el estudio de la fotografía española y portuguesa.
Tras convertirse en el espacio de referencia para la fotografía de autor en Barcelona, Colectania abandona la oculta calle Romea, para instalarse en pleno Born, injertándose en la ruta artística encabezada por el Museo Picasso, que incluye galerías como Senda y Miguel Marcos y fundaciones como Blueproject y Gaspar, que aunque no se dediquen solo a la fotografía, la tienen muy presente en su oferta.


El espacio, que abrirá en febrero, casi duplica la superficie actual y gana en altura con techos de cuatro metros que multiplican las posibilidades expositivas. Habrá una sala dedicada al audiovisual y se ampliará la cámara que atesora un fondo de 3.000 obras, al que se suman un millar de fotos del archivo de Paco Gómez. “La visibilidad de la colección nunca ha sido un problema. Prestamos una media de 500 obras al año a instituciones de todo el mundo y en estos 15 años de vida hemos organizado 60 muestras”, resume Font de Mora.
En realidad, la nueva etapa de Colectania ya ha empezado, con una plataforma online para reflexionar sobre la foto contemporánea. “Somos conscientes de nuestro papel complementario en el ecosistema fotográfico barcelonés; por ello la exposición inaugural será una coproducción y se realizará a la vez con otra institución”, anticipa, sin revelar su socio.
Quien más cerca está sería La Virreina, convertida por Carles Guerra en Centro de la Imagen, que tras la desbandada sufrida bajo la dirección de Llucià Homs, estrena etapa al mando de Valentín Roma. “Barcelona y Cataluña tienen un mapa institucional rico y variado, pero hay que trabajar con todo el patrimonio, a menudo casi desconocido, que conservan los archivos de distrito, las asociaciones vecinales y profesionales y otras entidades. Hay que poner en marcha políticas patrimoniales que potencien el uso, el estudio y la difusión del patrimonio fotográfico”, indica Roma, que ya trabaja en proyectos con el Museo de Historia de Barcelona (MUHBA), el archivo del Colegio de Arquitectos de Cataluña (COAC) y el Arxiu Fotogràfic de Barcelona y desde esa Virreina que lleva la imagen en su título se propone actuar como catalizador de una escena plural y articulada.
Tanto el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) como el Museo de Arte ´Contemporáneo (Macba) tienen la fotografía bien representada en sus fondos y realizan periódicas incursiones, aunque una de las instituciones que promete dedicarse más al tema es la Fundación Tàpies. “La fotografía vive una gran vitalidad, está muy presente en la educación y ha ganado en pluralidad siendo abordada desde diversas instituciones. Junto con las prácticas documentales, permite tratar conflictos urbanos y se puede convertir en material de una nueva justicia social”, asegura su director Carles Guerra, que ahora inaugura en Vitoria una muestra sobre la foto como herramienta de paz durante el periodo de ETA, que en noviembre llegará a Barcelona. En febrero expondrá las 40.000 postales del archivo de Oriol Villanova y para 2017 está trabajando las primeras etapas de dos maestros: Allan Sekula y Susan Meiselas.

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BLANCA ORAA MOYUA

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