Danae Stratou, la esposa de Yanis Varufakis, desembarca en Portugal por partida doble, fruto de su creciente popularidad en los círculos artísticos del país vecino. Ayer aterrizaba como invitada estelar en las jornadas internacionales sobre arte contemporáneo y museología de Vila Nova de Cerveira, cerca de Viana do Castelo y de la frontera con Galicia.
Esta mujer que marca tendencia con su apuesta por la creación en la era digital pronunció una conferencia (en inglés) sobre los retos estéticos en un mundo dominado por la tecnología. Y presenta dos de sus modernas instalaciones videográficas, una de ellas basada en textos del ministro griego de Finanzas y hombre fuerte del gobierno de Tsipras en sus negociaciones con la troika. Su llegada al aeropuerto internacional Sá Carneiro de Oporto aconteció en la mañana de ayer, y desde allí se trasladó a la citada localidad. Justo cuando la crisis griega se incrementa y el riesgo de impago es inminente.
Los genes artísticos de Stratou le vienen por parte de su madre, la escultora Elena Potaga. Ella misma explica en Facebook su arte: «Mi trabajo se caracteriza por el uso de varios medios de comunicación a partir de elementos naturales y de tecnologías digitales como el vídeo, la fotografía y el sonido. También integro textos, componentes de arquitectura y construcciones de metal, creando ambientes e instalaciones audiovisuales táctiles». Su intervención tuvo lugar a las 15.30 horas, flanqueada por la crítica de arte Fátima Lambert y la artista Margarida Leao, que residió en Londres, donde la propia Danae Stratou estudió. De hecho, se graduó en el prestigioso St. Martin’s College en 1988, la escuela en la que conoció al mismísimo Jarvis Cocker, líder del grupo Pulp y que se inspiró en su carisma personal para la célebre canción «Common people», todo un himno del «brit pop».
Esta visita suya a Portugal es la antesala para su desembarco en la Bienal Internacional de Artes de Vila Nova de Cerveira, que se desarrollará del 18 de julio al 19 de septiembre. Allí expondrá un trabajo de vídeoarte consagrado al tema de la globalización. Se trata de la bienal más antigua de Portugal, pues arrancó en 1978. Una cita imprescindible para el mundo del arte luso, que se confronta así con el escaparate internacional y recibe a unas 80.000 personas, entre espectadores y coleccionistas. Su lema en esta edición es «mirar el pasado para construir el futuro».
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