viernes, 31 de julio de 2015

Murakami cierra la tienda de Vuitton



El artista japonés Takashi Murakami y la firma de lujo Louis Vuitton han puesto punto final a 13 años de colaboración, que más que la larga duración en el tiempo ha constituido la primera gran alianza entre un artista y una firma comercial de las características de la que aquí se trata. En el 2003 la marca comercializó el bolso it con el logotipo de colores creado por Murakami y convertido en todo un icono de la creación del japonés y del comercio del lujo. Las siglas LV en multicolor.
Por el tono de los comunicados de prensa anunciando la ruptura del acuerdo, no ha sido precisamente amistoso. Ambas partes "miran hacia adelante" sin la compañía en la que se han mecido mutuamente en la última década. Los productos creados por el artista japonés para la firma de lujo dejarán de venderse en las tiendas Louis Vuitton este mes de julio. A partir de agosto, quedará el recurso del e-bay o del mercado de segunda y tercera mano. Un final abrupto para una relación que ha hecho mella.
Murakami y su invención del arte superflat marcaron un hito en la historia de las simbiosis entre un artista y una marca comercial. Se han visto muchas de estas parejas en los últimos años aunque pocas han durado tanto en el tiempo y han sido tan profundas como la que ha finalizado recientemente en los papeles o la documentación, y está a punto de acabar en los mostradores y escaparates de las tiendas.
El artista japonés ha huido siempre de comparaciones con el arte pop americano, pese a que barajan conceptos en común como consumo cultural, low art o high art y se desmarca también de similitudes con el artista desaparecido Keith Haring. Murakami basa su arte "superflat" en el arte gráfico japonés, la animación y la cultura del consumo. A sus 53 años de edad se ha consolidado como artista y escultor de alcance internacional. Su obra se presentó en el 2009 en el museo Guggenheim de Bilbao, pero donde hizo más ruido fue en el 2007 en el museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles, allí fue donde los críticos le calificaron de "tienda de Louis Vuitton".
La obra del japonés se ha revalorizado económicamente hasta llegar a cifras millonarias. La escultura My lonesome Cowboy, de 1998, un joven masturbándose y eyaculando en forma de manguera o surtidor, se vendió por 15 millones de euros en Sotheby's en mayo del 2008, triplicando el precio previsto por los tasadores. La ruptura de la alianza Murakami-Vuitton, auspiciada originariamente por el diseñador Marc Jacobs, coincide, por coincidencia del azar o por consecuencia de otro acuerdo comercial, con el lanzamiento de la colección de zapatillas y camisetas dibujadas por Murakami para la marca Vans. Una cascada de estridentes coloridos y arte gráfico, característico del japonés y de su balanceo entre el low art y el high art. Hasta ahora él ponía el arte bajo y Vuitton el arte alto. A partir de ahora, ya se verá dónde se coloca el artista japonés y sus inventos creativos y comerciales.

miércoles, 29 de julio de 2015

Proyección del DVD Realismo antisocial (2012: Bilbao, Estocolmo, Luasana) y debate










LE LARRASKITO KLUBA
Errekalde-Larraskitu Errepidea 33, Bilbao.
Uztailaren 28a, asteartea, 21etan / Martes 28 de julio, a las 21 horas

En el 2012 realicé tres conciertos en colaboración con otras personas que incorporaban cierto realismo social a la improvisación, tratando problemas sociales concretos mediante el lenguaje al mismo tiempo que se le interpelaba al público.
Su respuesta fue mínima en los dos primeros casos y muy frustrante en el último, pudiendo así trazar un paralelismo entre la impotencia para cambiar las cosas en la situación específica de los conciertos y una impotencia general para cambiar la realidad dadas las condiciones actuales.
En los conciertos se puede observar por qué sucede esto:
O bien por la aceptación de una autoridad establecida y de ciertas convenciones sociales, o bien por la dificultad de ponerse de acuerdo en qué es lo que hay que hacer para afrontar determinados problemas.
En estos tres conciertos los medios de grabación se convirtieron en un instrumento más para la improvisación. La documentación revela así un material de análisis que no se pudo ni percibir ni descifrar en el momento del concierto.
Tres años más tarde y coincidiendo con la publicación del DVD por parte del sello pekinés Sub Jam, las grabaciones serán presentadas en los mismos espacios donde los conciertos tuvieron lugar.
Mattin


Realismo antisocial
(2012: Bilbao, Estocolmo, Lausana)
DVD
Sub Jam

Mattin en colaboración con Oier Iruretagoiena, Marcelo Expósito, Germán Navarro,
Santiago Mostyn y miembros del público del festival LUFF en Lausana.

1) Nadie respondió, Club Le Larraskito. Bilbao, 11 de febrero de 2012
2) La audiencia no es la madre de la autoinvención, Index. Estocolmo, 29 de septiembre de 2012
3) Un público abucheándose a sí mismo, LUFF Festival. Lausana, 17 de octubre de 2012

Gracias a Eric Mattson, Pierre Bal-blanc, Yan Jun, Santiago Mostyn, Xabier Erkizia, Anthony Iles, Hugo Castignani, Diana Baldon, Oier Iruretagoiena, Thibault Walter y la gente del festival LUFF, Dave Phillips, Philippe Simon, Iñigo Eguillor, Wolfgang Rufnacht, Marcelo Expósito y Germán Navarro.

con subtítulos en castellano, francés, inglés y chino mandarín.
DVD co-producido por Sub Jam y Pierre Bal-blanc/CAC Brétigny

¿Cuál es la influencia de Duchamp en el arte contemporáneo?





cual-es-la-influencia-de-duchamp-en-el-arte-contemporaneo





Son pocos los artistas que han sido más controvertidos que Marcel Duchamp. La razón es simple: el autor francés rompió con cualquier convención sobre las artes plásticas y visuales que existían en su tiempo.
Duchamp provenía de una familia de artistas: su abuelo era un fanático del grabado y la pintura, sus hermanos Raymond Duchamp-Villon y Jacques Villon fueron también artistas que obtuvieron una fortuna por realizar anuncios publicitarios y su producción personal.
Marcel Duchamp, queriendo seguir los pasos de su familia, encontró refugio en los barrios de Montmartre con la comunidad de artistas que ya estaba establecida desde hacía varias décadas. El artista intentó estudiar en École des Beaux-Arts, sin embargo, permaneció en la Académie Julianpara finalmente dejarla por la vida bohemia de Montmartre.
Duchamp junto con sus hermanos estuvieron en constante contacto con los vanguardistas de la época como Picasso y Bracque, donde formaron un movimiento cubista independiente. En éste trataban de plantear las bases del cubismo de una forma más intelectual. Sin embargo, el movimiento no duró mucho tiempo, por lo que Duchamp y sus hermanos tuvieron que continuar su exploración artística.
Marcel Duchamp fue un artista peculiar que realmente no se afianzó a ningún movimiento, sino que tomaba elementos de varios de estos para inspirar sus obras, aunque su modus operandi era hacer sólo una obra bajo cierta línea y después buscar algo más; otra corriente y otra idea sobre la cual trabajar. Es por esta razón que la línea artística de Duchamp es un poco inconstante.
La fama para Duchamp llegó con su cuadro Desnudo bajando la escalera, una pieza en donde coqueteaba con el futurismo como también el arte cinético, ya que estaba interesado en hacer un estudio del movimiento a través de la fotografía y el cine traducido al lenguaje plástico. Este cuadro le valió gran fama para el artista, especialmente en la exposición Armory Show.
Desnudo bajando la escalera significa el inicio de la línea de trabajo de Duchamp, ya que es justamente en esta obra donde se reflejan los temas que marcaron su discurso: el estudio del movimiento, el objeto como pieza de arte, el ajedrez, el azar, y la máquina. De estos conceptos parte su obra más importante: El Gran Vidrio.
Muchos comentan que la gran aportación de Marcel Duchamp al arte contemporáneo era el ready-made, sin embargo, El Gran Vidrio es la obra que tomó una vida a Duchamp completar y en ella se contenían todas las piezas que el artista había realizado en dibujo y en pintura, además que se puede decir fue una obra procesual construida por el azar y por los procesos de dibujo mecánico que Duchamp trataba de reproducir. Es decir, el artista dejaba que el azar construyera al Gran Vidrio a la par que trataba de eliminar todo rastro emocional en su composición, al crear trazos calculados, utilizar materiales poco plásticos (como alambre) y hacer composiciones incluso del polvo acumulado sobre la obra.
En 1913, este artista empieza a trabajar sobre lo que llama ready-made ya hecho, piezas de arte que realmente son objetos cotidianos retirados de su contexto para ser presentados como esculturas. Marcel Duchamp a este tipo de piezas les pondría títulos que solían ser un juego de palabras con un humor negro particular del artista y que daban una clave para la lectura de su obra. Con esto el sentaría las bases del arte conceptual, un arte que dejaría de ser retiniano para pasar a un plano mental, es decir que se basa en la idea.
Es por el ready-made que varios historiadores de arte confunden a Duchamp como miembro de la corriente dadaísta, corriente a la cual Duchamp apreció poco y jamás se consideró parte, aunque ambos tuvieran premisas parecidas y ambos utilizaran recursos de uso de objetos cotidianos como esculturas.
Marcel fue también precursor del arte cinético al realizar su primer ready-made que consistía en una rueda de bicicleta sobre un banco. Es la primera pieza en donde el movimiento ya no era representado como en Desnudo bajando la escalera, sino que la pieza en sí tenía movimiento. Cabe agregar que Duchamp también sentó las bases de la instalación junto con el dadaísta Kurt Schwitters, al crear una obra que consistía en telarañas de hilo que cubrían todo el espacio, buscando con esta acción intervenir el lugar que le rodeaba.
Finalmente, Duchamp también tuvo una noción del performance al crear a su alter ego Rrose Sélavy, un juego de palabras entre Eros (amor sexual) y C’est la Vie (así es la vida). El artista incluso llegó a firmar obras bajo ese seudónimo, entendiendo que Rrose era parte de su universo creativo y por lo tanto una obra de arte también.
Duchamp a lo largo de su vida estaría rodeado de artistas que fueron sus amigos cercanos como Apollinaire y Picabia, que siempre trataron de incentivarlo a producir, sin embargo, llegó un punto en el que dejó de hacerlo, por lo que se dedicó de lleno al ajedrez para finalmente volverse en algo que el solía criticar mucho: un art dealer. Este hecho se sustenta en que Duchamp no tuvo mucha relevancia hasta los años 60, donde se trató de releer su obra gracias a los movimientos que surgían en esa época. Incluso muchas de sus obras tuvieron que volverse a hacer, ya que se habían perdido con el transcurso de los años.
Entender a Duchamp no es tarea fácil, pues era un artista que jamás se definió a sí mismo, que nunca siguió una línea en particular y que por lo tanto rompió con todos los estereotipos y convenciones artísticas de su tiempo. Duchamp buscaba innovar en cada una de sus piezas y siempre se cuestionó el rol del artista, la relación con la máquina, el azar, el ajedrez y sobre todo el humor negro del cual presumía a través de sus juegos de palabras.
Lo que no se puede negar es que este artista es uno de los más influyentes del siglo XX. Para muchos, un genio; para otros, no tanto. Pero nos interesa tu opinión: Duchamp, ¿un genio o un producto del azar? ¿tú que opinas?

Carl Andre, minimalista de máximos





A lo largo de toda su carrera, Carl Andre (Massachusetts, 1935) utilizó materiales pesados como el acero, el plomo, el mármol o bloques de madera que encontraba en los lugares donde se disponía a trabajar, pero lo hacía con una ligereza y sutileza extraordinarias. Procuraba no manipularlos. Una pieza de granito o metal colocada rigurosamente junto a otra, solo tocándose, sin interponerse ni penetrarse, era en sí una escultura y podía ser tan expresiva como un rostro, con sus huellas y marcas que revelan el paso del tiempo.
Con Andre, la obra era su propia naturaleza geológica y un ritmo, como la música serial o el trote de un caballo de vapor. Contexto, análisis y deseo; experiencia del tiempo y transición conforman el margen material del objeto escultórico. Se ruega pisar, pero no tocar. Andre puso un capítulo más a la larga historia de la escultura del siglo XX, de la forma cerrada a la construida, de la verticalidad a la horizontalidad, de la lógica interna de las formas a la pura exterioridad, de la autosuficiencia a la generosidad, de los temas convencionales (el cuerpo) a la aritmética y el readymade. Fin de la modernidad.
Pero la magia del encuentro con Andre está en el edificio Sabatini, allí encontramos al artista más sólido, donde el poeta guarda la precisión, la intensidad y la dignidad (la dignitas como valor inherente). Palabras dispuestas en orden espacial por letras o sílabas en estructuras modulares, tachadas, escritas a máquina en las páginas de un bloc, tienen la astringente plenitud que debían de tener los paisajes de su infancia y juventud en Quincy, ciudad famosa por sus canteras de granito y por ser el punto de origen de la Granite Railway, una de las primeras vías férreas de Estados Unidos. Hay también dibujos, fotografías y assemblages humorísticos, juegos visuales muy poco conocidos que el artista llama dada forgeries y en donde se refleja la verdad desnuda de la escultura dentro de la dicción de sus respectivos estilos.Andre edita espacios, es un minimalista de máximos, porque suma constantemente (módulos, actitudes) y porque a diferencia de otros artistas minimalistas quizás más conocidos —JuddSol LeWitt— se permite momentos de ternura y nostalgia. Frente a sus obras se tiene la impresión de que el espacio interno es expulsado del material a la espera de una nueva lectura del espectador, como ocurre con sus ya clásicas alfombras hechas con placas de metales de diferentes colores y brillo dispuestas borde contra borde para formar cuadrados: pisamos una escultura bidimensional, el interior "se ha vaciado", no hay peso, el material es una especie de absoluto, un dispositivo compositivo alejado de todo ilusionismo. En el Palacio de Velázquez, sede alternativa del Reina Sofía, se muestran algunas de sus composiciones más conocidas, cada conjunto tiene su propia ley combinatoria en función del material y gravedad de las piezas. Perfectamente instaladas en islas, descentradas de sí mismas, parecen "momentos" de escultura, más que esculturas propiamente dichas.
Carl Andre. La escultura como lugar, 1958-2010. Museo Reina Sofía y Palacio de Velázquez. Madrid. Comisarios: Philippe Vergne y Yasmil Raymond. Hasta el 12 de octubre.Con Andre, la escultura/poesía genera su propio futuro. Una palabra/un bloque de granito/un tronco es una palabra que es una palabra, como la rosa de Gertrude Stein. Por eso esta retrospectiva nunca se queda corta. La labor de los comisarios de explicar cada faceta de su trabajo ha sido concienzuda y responde al interés de un museo público con sus públicos. Escultura como trenes rigurosamente colocados.

Centro Huarte


Este viernes 31 de julio, a las 19.30 horas, os invitamos a la inauguración de la exposición "ECOICONOCLASTAS" exposición del Grupo de investigación sonora IKERSOINU con Enrike Hurtado, Jon Mantzisidor, Sarah Rasines, Josu Rekalde, Mattin, Mikel Arce, Gabriel Villota y Patxi Araujo. Cada uno de los artistas plantea una propuesta diferente en la que las imágenes pueden producirse por la física del sonido y los sonidos por los movimientos de la imagen.
La inauguración irá acompañada de las actuaciones y acciones performativas de Jon Mantxi, Mattin, Patxi Araujo, Azunak (Enrike Hurtado) y Sarah Rasines a partir de las 20.00 horas. Entrada libre.

martes, 28 de julio de 2015

¿Quién da más por el mercado del arte chino?



Jin Ling levanta con una mano el pequeño mazo de madera y con la otra señala al expectante público. Se gira hacia el lateral en el que una veintena de agentes susurran atropelladamente por teléfono, y pregunta: “¿Hemos acabado aquí? ¿Nadie ofrece más?”. Rebecca Wei, presidenta de Christie’s en Asia, hace un gesto impaciente con la mano. Espera. Está hablando con el cliente 8088, que se muestra indeciso. “Tengo que apremiarte. ¡Última oportunidad!”, exclama Jin con el mazo en alto. “¡Dos millones!”, responde Wei en el último segundo. Un murmullo colectivo recorre el salón del Hotel Peninsula de Shanghái, en el que la casa de subastas ha provocado una lucha encarnizada para hacerse con algunas de las obras chinas de arte que ofrece. Finalmente, después de un tenso tira y afloja, Wei logra la victoria y sonríe satisfecha. El mazo cae y con un golpe seco se cierra la venta.
Poco después, el evento concluye: en total, los coleccionistas han gastado casi 87 millones de yuanes (13,5 millones de euros) y han marcado nuevos récords mundiales para tres artistas contemporáneos de China y otros dos del sudeste de Asia. “Se confirma así la paulatina sofisticación de los coleccionistas chinos”, concluye Cai Jingqing, presidenta en China de la centenaria casa de subastas británica. No en vano el gigante asiático recuperó el año pasado el trono del mercado del arte, en el que genera un 37,2% de los ingresos -frente al 32,1% de Estados Unidos- según el informe anual que elaboran ArtPrice y AMMA (Art Market Monitor of Artron). Ese porcentaje se traduce en nada menos que 5.390 millones de euros, un importe que va destinado en un 84,3% a la compra de obras de caligrafía tradicional y de pintura clásica china.
Pero, como casi todo en el país de Mao, el mercado del arte es aquí un universo paralelo que se rige por sus propias normas. “El coleccionismo chino tiene una larga historia que se remonta cientos de años. No obstante, la Revolución Cultural -que lanzó Mao Zedongen su radical interpretación del comunismo- provocó una ruptura y el mercado actual, que ha explotado hace menos de dos décadas, podemos considerarlo joven e inexperto. Por eso, nuestro trabajo no consiste únicamente en vender obras de arte, también tenemos que educar a los coleccionistas y guiarles en sus adquisiciones”, explica Cai, que fichó por Christie’s hace tres años después de haber ejercido como consultora para empresas extranjeras que buscaban abrirse camino en China y viceversa. “Esto es un teatro y yo soy la productora de la obra”, resume entre risas.
Las estadísticas son claras al respecto: el 22% del volumen comercial que se mueve en las subastas de China pertenece a obras que cuestan más de un millón de dólares. “En cualquier caso, el bajo nivel de penetración que el arte tiene entre la población china es lo que nos hace apostar sin fisuras por este mercado. Porque creemos que la emergente clase media se irá sumando a él rápidamente y que en unos diez años el perfil del cliente chino será similar al de cualquier otro”, explica Wei. Ella misma reconoce que no tenía gran interés por coleccionar arte antes de comenzar a trabajar en Christie’s, hace algo más de dos años, y que, sin embargo, ahora destina a ello la mayor parte de su sueldo. Con muchos como ella, la cuota de mercado de las obras de menos de 50.000 dólares continúa creciendo en China.
Claro que la importancia del gigante asiático no radica exclusivamente en la demanda, también es cada vez más relevante la oferta. “China ha superado con éxito dos etapas: la Revolución Cultural y la de las copias. Ahora los coleccionistas exigen la mejor calidad, y una nueva generación emergente de artistas chinos, nacidos a partir de 1970, la está ofreciendo”, asegura Cai. “Son creadores más individualistas, que plasman en sus obras la relación con la sociedad y con la naturaleza. Tienen una visión global pero mantienen elementos propios de la cultura china. De hecho, algunos buscan sus raíces históricas y las actualizan. Por ejemplo, quienes utilizan la tinta china en obras de arte contemporáneo. El interés que hay por estos autores no es pasajero. Han llegado para quedarse”, apostilla. El año pasado, dos de los diez artistas más cotizados del mundo fueron chinos.
Tanto Cai como Wei auguran que esa cifra continuará creciendo y que el mercado chino seguirá expandiéndose hasta ocupar el lugar que le corresponde por volumen demográfico y fuerza económica. “Se está produciendo un fenómeno curioso: cada vez hay más coleccionistas chinos que deciden exponer en sus museos privados las obras que adquieren. Es una muestra de que no solo les mueve el valor que tienen como inversión, sino que quieren compartir el placer que proporciona el arte. Son parte de un proceso de aprendizaje que comienza con la adquisición de obras para decoración y cuyo resultado se nota en el mercado con la continua irrupción de nuevos coleccionistas chinos”, comenta Cai.
“Eso sí, todavía existe una barrera psicológica y cultural que retrae a muchos”, puntualiza Wei. “Por ejemplo, la población china está acostumbrada a regatear para bajar el precio, no a subirlo en una subasta. También hay miedo a las falsificaciones, y a China le queda mucho por hacer en lo que respecta a la regulación del sector. La nueva zona de libre comercio de Shanghái, por ejemplo, es un experimento interesante y tiene un gran potencial. Así, ante el estancamiento de países como Japón, que vivió un ‘boom’ en la década de 1980 y ahora comienza a recuperar parte de la confianza que perdió con el estallido de su burbuja, China es, sin duda, el principal motor de crecimiento del sector. Y detrás viene el sudeste asiático, en el que muchos coleccionistas también son de origen chino. Sin duda, se abre una etapa fascinante en el mercado del arte en el continente”.
Hong Kong es imbatible
“Hong Kong representa el 40% de nuestras ventas de arte en Asia, y es el lugar en el que se han batido numerosos récords del mundo de las subastas. Es el corazón del mercado y está muy por delante de cualquier otra ciudad”, sentencia Rebecca Wei, presidenta de Christie’s en el continente asiático. Las razones son claras: “Es un puerto franco ubicado en un lugar estratégico, que sirve de puerta para China y para el sudeste asiático. Está magníficamente conectado tanto por aire como por mar, y la ciudad retiene ese crisol de culturas que la ha convertido en una mezcla de Oriente y Occidente. Por si fuese poco, la regulación es muy clara, el sector financiero es robusto, la moneda -el dólar de Hong Kong- es convertible, y el poder adquisitivo de la población, que tiene buen conocimiento del mercado del arte, es muy elevada”. Así, a pesar de la emergencia de otros lugares como Pekín, donde el mercado del arte en su totalidad genera más ingresos debido a la proliferación de galerías, Wei prevé que nadie haga sombra a la excolonia británica durante mucho tiempo en el sector de las subastas.

lunes, 27 de julio de 2015

El mundo turbulento de Mona Hatoum pone patas arriba el Pompidou



El mapa de un archipiélago recibe al visitante en la Galería 1 del Centro Pompidou. Diminutas perlas de vidrio rojo incrustadas en más de 2.200 bloques de jabón dibujan los contornos de decenas de pequeñas islas. El perfume a limpio invade la sala. De fondo escuchamos a Mona Hatoum. “So much I want to say”. Quiero decir tantas cosas, repite en bucle desde una pantalla. Desde el lado opuesto de la sala, la artista mira al mapa, Present tense, un tiempo presente pero también presente tenso, a través de una pesada jaula de hierro, Cube, y observa ceñuda a un pequeño soldado de plástico posado sobre su nariz. “Over my dead body”, por encima de mi cadáver, pase lo que pase, yo seguiré aquí, parece decirle.
Un segundo vistazo al mapa. No es un archipiélago. Es la Palestina que queda tras los acuerdos de Oslo de 1993 y los estragos de la colonización israelí. Un territorio sin integridad ni continuidad, cada vez más reducido que, como el jabón fabricado artesanalmente en Nablús, esa ciudad sitiada por el ejército hebreo y empapelada con las fotos de los mártires, se ha convertido en un mundo que se disuelve, resbaladizo, que acabará desapareciendo.
Así se presenta Mona Hatoum. Este es el autorretrato con el que da la bienvenida a los visitantes. Política y poética. Pesimista, quizás. Con un pasado y una identidad nómada y exiliada que exorciza desde el arte. La británica, una de las artistas más influyentes del momento, protagoniza la gran exposición del verano en el Centro Pompidou de París, que le dedica, hasta el 28 de septiembre, el monográfico más completo hasta la fecha de esta creadora pluridisciplinar y atípica.
Nacida en 1952 en Beirut de padres palestinos, la vida de Hatoum, como la de sus progenitores, quedó marcada por el exilio. Sus padres tuvieron que huir de Haifa en 1948 y nunca más pudieron regresar a su tierra. Como si de una tragedia antigua se tratara, la historia se repitió en 1975 con una entonces joven Mona, de viaje en Londres cuando estalló la guerra de Líbano. El aeropuerto de la capital libanesa cerró, y ella no pudo volver durante años. Su refugio fue el arte y el exilio quedó como una cicatriz.
“Siento como si me hubieran desnudado de mi alma”, confía la madre de la artista en una de las cartas que le envió durante su separación, y que Hatoum ha convertido en el vídeo Measures of Distance (las medidas de la distancia). En un plano fijo, la madre, en su ducha de Beirut. La caligrafía árabe de las cartas hace de cortina de baño. O de alambre de espino. Hay mucho dolor en esas palabras, mucho amor también, y desarraigo sobre un fondo de ruptura social, de guerra: “no te he podido escribir antes porque bombardearon la oficina de correos del barrio, así que te mando esta carta con tu primo, que viaja a Catar”.
Un centenar de piezas, que van desde sus primeros trabajos en los años 70 hasta la actualidad, dibujan un plano de las obsesiones de la artista. Papel, video, escultura, performance, instalaciones a gran escala... ningún medio le es ajeno a Mona Hatoum, que ha hecho arte de sus uñas, sangre, orina y pelo. Sobre todo, pelo. Hatoum posee una frondosa melena rizada que está repartida por toda la exposición. Hay pelos por todas partes. Bolas de pelo, de su pelo, recogidas a lo largo de seis años, en Recollection; largos mechones de cabello de mujer tejido en “Keffieh” (kufiya), el tradicional chal que portan los hombres en Oriente Medio.
“Hatoum atraviesa todas las corrientes artísticas, la cinética, el minimalismo, el arte conceptual. Está muy comprometida políticamente y a la vez tiene un vocabulario formal muy recurrente, que parte siempre de la organización a través de una rejilla, de una red, pero en el que el desorden se acaba imponiendo a pesar de todo”, explica a El Confidencial la comisaria de la exposición, Christine Van Assche. El orden y el desorden se persiguen en una rueda sin fin en + and -, donde un brazo rotatorio peina una gran cubeta de arena y crea y destruye ondas en un ciclo permanente.
Entre sus obsesiones, los peligros -literales y figurados- que encierra el universo doméstico, en el que los utensilios de cocina, conectados a una corriente eléctrica, chirrían, se encienden y casi chisporrotean, o en el que un diván a modo de gigante rallador, “Daybed”, no ofrece descanso sino dolor. “Ella siempre ha negado tener una visión feminista del arte, pero también deja muy abierta la interpretación de la obra, busca ofrecer poca información para que el público saque sus propias conclusiones y entre ellas es fácil ver un feminismo comprometido”, aventura Van Assche.
Con humor, juega con las palabras, como con los retratos doblemente estáticos de unos jóvenes (Static Portraits), por su quietud y por su pelo de punta causado por la electricidad estática, o con el Grater divide, el rallador victoriano gigante que divide el espacio de forma agresiva. La perturbadora Light sentence, donde una sola bombilla que sube y baja del techo proyecta sobre las paredes de la sala formas en constante movimiento de unas jaulas de malla metálica, es a la vez una pena de prisión (sentence) ligera (light), pero también es una sentencia de luz. El efecto es mareante, como si el suelo se moviera bajo nuestros pies.
Los orígenes marcan. Pero no son los únicos que definen la obra de esta artista, que lleva media vida viviendo en Europa. La existencia en las grandes urbes de Occidente, la violencia institucional con la que se ha encontrado Hatoum en esta segunda parte de su vida y que, según ha dicho la propia artista en otras ocasiones, “compartimenta a los individuos, los confina a un espacio y los pone bajo vigilancia”, está presente en piezas como Quarters, donde unas enormes literas de cinco pisos se asemejan a los bloques de viviendas que afloran en la periferia de cualquier gran ciudad. Capas y capas de gente habitando unas encima de las otras. Comiendo unas encima de otras. Defecando. Durmiendo.
El mundo turbulento en el que vive Mona Hatoum es, por supuesto, una proyección de Peters, pero también está en constante movimiento, es un mundo en peligro y peligroso, imposible de abordar porque las fronteras están trazadas con neón rojo que amenaza con electrocutarnos, como en Hotspot. O que nos recuerda como en Map, sin duda la instalación más impresionante de la muestra, que se expone frente a un inmenso ventanal de la sexta planta del Pompidou, que nuestro mundo, formado por miles de canicas de cristal, es vulnerable, inestable, que cada paso nuestro puede provocar la catástrofe.

miércoles, 22 de julio de 2015

Eric de Chassey candidat à la tête des Beaux-Arts pour parler du « fond » et pas des « rumeurs »






Directeur depuis 2009 de la Villa Médicis à Rome, Eric de Chassey a décidé de se porter candidat à la direction de l’Ecole nationale supérieure des beaux-arts à Paris (Ensba), malgré la controverse suscitée par le limogeage, le 2 juillet, du précédent directeur, Nicolas Bourriaud, et en dépit des rumeurs selon lesquelles Julie Gayet, proche de François Hollande, serait intervenue pour favoriser sa candidature.
Pourquoi êtes-vous candidat à l’Ensba, après la polémique soulevée par l’éviction de Nicolas Bourriaud, qui, selon Le Canard enchaîné, aurait été congédié pour vous faire de la place ?
Chaque fois qu’on prête attention à des rumeurs concernant la vie privée, on se déshonore. C’est important de revenir à des questions de fond. L’Ensba est un lieu important pour la formation des futurs artistes en France et à l’international. Je me suis intéressé à la question de la formation avant même mon arrivée à la Villa Médicis. J’ai fait partie du jury de l’Ensba dans les années 1990, je suis au conseil d’administration de l’Ecole des beaux-arts de Lyon. Une de mes principales préoccupations à la Villa Médicis a été qu’elle redevienne un lieu de formation. J’ai mis pour cela en place un nouveau type de résidence, les Lauréats. Quatre plasticiens, étudiants ou anciens étudiants d’école d’art, ont été sélectionnés par un appel à concours et sont actuellement à Rome pour trois mois, où ils mènent des projets personnels.
Aujourd’hui, les écoles d’art doivent réfléchir à leur lien avec l’université. C’est un sujet que je connais..

En savoir plus sur http://www.lemonde.fr/arts/article/2015/07/22/eric-de-chassey-se-porte-candidat-a-la-direction-des-beaux-arts_4693311_1655012.html#O5ILgCJDW3UiCuy1.99

martes, 21 de julio de 2015

(Re)visiones de lo efímero y lo político en el trabajo de DosJotas



Hasta el próximo 2 de agosto se puede ver en Swinton Gallery la exposición EFÍMERO POLÍTICO del artista DosJotas.
El trabajo de DosJotas modifica y propone nuevas miradas en nuestro imaginario a través de sutiles cambios en el mobiliario y en el espacio urbano. El apropiacionismo se convierte en modo de acción y herramienta para lanzar mensajes que insiere en las calles proponiendo una reflexión sobre la sociedad contemporánea. En este sentido, destacan sus proyectos desarrollados en el espacio público, trabajos que tienen una duración determinada, “efímera”, y unos contenidos de carácter crítico, “político”, palabras y conceptos en torno a los que se articula la muestra y que, a su vez, sirven como declaración de intenciones del trabajo del propio artista.
EFÍMERO POLÍTICO nos muestra proyectos anteriores que son recontextualizados y revisados para esta ocasión junto a otros de nueva creación concebidos para el espacio. Las propuestas de DosJotas, desarrolladas en su gran parte para el espacio publico, son retomadas y mostradas adquiriendo un carácter instalativo, ofreciendo así nuevas miradas y reflexiones sobre este tipo de acciones dentro y/o fuera de un lugar destinado al arte, con todas las contradicciones que esto puede llegar a suponer.
Algunas de sus intervenciones, concebidas como acciones efímeras, son transfiguradas en objeto artístico y mostradas en este espacio. Así, a través de propuestas tangibles y objetuales, el artista ironiza con aspectos ligados a la mercantilización del arte y de la obra de arte como fetiche, como objeto de deseo. Juega y gana (2015) y Rebajas (2015) reflexionan sobre este concepto, invitando al espectador a ser partícipe de la obra, el cual, si lo desea, con tan sólo un euro puede llegar a ganar una pieza original de DosJotas.
Con la instalación Gris institucional (2014-2015) pone sobre la mesa problemáticas de legalidad e ilegalidad intrínsecas en el arte urbano. Esta pieza, que podemos ver al salir de la galería en las paredes de Tabacalera, se realizó en el marco del proyecto Muros, promovido por el Ministerio para intervenir en los muros del edificio de Tabacalera y en otros del entorno, en el barrio de Lavapiés. Una iniciativa que al hacerse bajo el paraguas institucional, adquiere un carácter legal y se erige como espacio para albergar arte urbano, sin embargo, las acciones que no se encuentran bajo esta protección son perseguidas y castigadas con sanciones desorbitadas.
En Peregrinación Cultural (2009), nos habla de la cultura como mercancía y de cómo es convertida en producto de legitimación política. A través de la intervención en señaléticas de museos de Madrid crea una correspondencia entre el museo y la iglesia. En su proyecto Madrid straße (2013) parte de unas intervenciones donde cambia el nombre de determinadas calles madrileñas por su traducción al alemán. El alemán figura como idioma del poder económico europeo, hablándonos así de las imposiciones sociales y económicas que suponen la intervención de un país, una acción que sigue siendo muy actual.
En Ministerio de España (2012) plantea cuatro ministerios basados en el libro 1984 de George Orwell, proponiendo imágenes procedentes de los medios para el Ministerio del Amor, el Ministerio de la Paz, el Ministerio de la Abundancia y el Ministerio de la Verdad. La videoinstalación Precaución policial cierra la muestra, siendo un trabajo también creado a raíz de una serie de intervenciones de DosJotas en el espacio público.
La exposición toma como hilo conductor dos componentes que están muy presentes en el trabajo de DosJotas: lo efímero y lo político, conjugando a la perfección trabajos que son desarrollados en el espacio público y más tarde son trasladaos en formato instalativo a una sala, al interior. De este modo, consigue generar una nueva mirada, una revisión de ciertos proyectos que son retomados y reactivados para proponer nuevas cuestiones, para invitar al espectador a repensar su contexto.
Artista: DosJotas
Fechas: Del 3 de julio al 2 de agosto de 2015
Lugar: Swinton Gallery – Miguel Servet 21, Madrid

BLANCA ORAA MOYUA

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