El artista y disidente chino Ai Weiwei ha arremetido contra las "mentiras" del Gobierno chino en Reino Unido, donde el presidente Xi Jinping se encuentra de visita en el que es el primer viaje de un jefe de Estado chino en la última década a ese país. En su cuenta oficial de Instagram, Ai ha colgado diversas fotografías con críticas al embajador chino en Reino Unido, Liu Xiaoming, quien en una entrevista con la BBC con motivo de la visita de Xi a Londres aseguró que el artista "nunca fue puesto entre rejas".
"Un mentiroso profesional y un país tan oscuro están en perfecta armonía", escribió hoy el activista en la popular red social respecto al embajador.
En el encuentro con el canal británico, el diplomático aseguró que Ai había sido investigado por ser sospechoso de "destruir documentos de contabilidad" y descartó que el presidente Xi viajará a Reino Unido para "tratar temas de derechos humanos".
El contestatario artista estuvo detenido sin juicio 81 días en 2011, acusado de fraude fiscal, un movimiento de las autoridades que activistas y disidentes consideraron una "estrategia" para controlar a este crítico con el Gobierno.
"Liu Xiaoming, ¿quieres hablar conmigo del jodido caso de los impuestos? Un país que esconde la verdad no tiene futuro. ¿No estás preocupado por tu futuro?", le espeta Ai al embajador en Instagram, donde publica fotografías de documentos fiscales que la Policía le "confiscó ilegalmente" y que le devolvió con su pasaporte este año.
Cuando Ai fue liberado de su arresto de 81 días en 2011, las autoridades le requisaron su pasaporte, y el documento no fue devuelto hasta el pasado julio.
Después de su liberación sin cargos, la Policía le exigió el pago de unos 1,7 millones de euros por supuesta evasión de impuestos, que acabó pagando gracias a la ayuda de seguidores y amigos.
Tras cuatro años sin poder salir del país y estrechamente vigilado, el creador aprovechó este año para viajar a Alemania a ver a su hijo y a Reino Unido, donde inauguró una exposición en la Royal Academy of Arts.
El artista dio conferencias, habló libremente con los medios de comunicación y pudo volver a Pekín, a diferencia de lo ocurrido con otros célebres disidentes o intelectuales con el régimen comunista que consiguieron salir pero no volver.
Ai ganó fama internacional al participar en el diseño del Estadio Olímpico de Pekín, el conocido como Nido de Pájaro, y también por unirse o a veces encabezar todo tipo de campañas de defensa de los derechos humanos en China, usando a menudo métodos mordaces y satíricos.
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