“La instalación combina por primera vez dos obras independientes, que nos cautivaron cuando las vimos hace un año en la feria de Basilea, A line de 2011 y La Beauté d’une Cicatrice de 2012. Las envuelve una instalación de cortinas producida especialmente para la exposición”, explica Renato dalla Poeta, director artístico de Blueproject. A line se compone de 113 piedras, recogidas en las afueras de Tesalónica en Grecia, mientras que La Beauté d’une Cicatrice incluye 125 rocas encontradas cerca de su casa en Bélgica. Lo que convierte estas piedras de distintas dimensiones en algo realmente atractivo es su original policromía, una sinfonía de azules en el primer caso y una mezcla de marones, rojizos y pardos con algún toque de verde, en el segundo. Esteve sólo admite haber utilizado acuarelas, una técnica que le gusta mucho y emplea a menudo también para sus dibujos, pero no quiere revelar más acerca de un procedimiento que ha requerido muchas investigaciones y ensayos hasta lograr los delicados matices y la particular textura que caracterizan sus rocas. La reticencia del artista invita a especular sobre su técnica, probablemente un sistema de inmersión, aunque finalmente lo importante es el resultado visual conseguido.
Nacido en Francia pero afincado en Bruselas desde hace años, Lionel Esteve (Lyon, 1967) fue descubierto por el célebre comisario Hans Ulrich Obrist que le incluyó en 2003 en la colectiva Migrateurs, organizada por el Musée d’Art Moderne de la Ville de París. Desde entonces ha tocado muchas teclas, aunque por el momento las que prefiere son dibujo, escultura e instalación. “He probado el vídeo también, pero me aburre mortalmente pasar horas delante del ordenador”, concluye el artista, que está preparando un peculiar espectáculo de marionetas no antropomórficas. Se titulará Une nuit sans sommeil (Una noche sin sueño), cada representación durará veinte minutos y será una obra totalmente abstracta, protagonizada por luz y sonido.“La instalación combina por primera vez dos obras independientes, que nos cautivaron cuando las vimos hace un año en la feria de Basilea, A line de 2011 y La Beauté d’une Cicatrice de 2012. Las envuelve una instalación de cortinas producida especialmente para la exposición”, explica Renato dalla Poeta, director artístico de Blueproject. A line se compone de 113 piedras, recogidas en las afueras de Tesalónica en Grecia, mientras que La Beauté d’une Cicatrice incluye 125 rocas encontradas cerca de su casa en Bélgica. Lo que convierte estas piedras de distintas dimensiones en algo realmente atractivo es su original policromía, una sinfonía de azules en el primer caso y una mezcla de marones, rojizos y pardos con algún toque de verde, en el segundo. Esteve sólo admite haber utilizado acuarelas, una técnica que le gusta mucho y emplea a menudo también para sus dibujos, pero no quiere revelar más acerca de un procedimiento que ha requerido muchas investigaciones y ensayos hasta lograr los delicados matices y la particular textura que caracterizan sus rocas. La reticencia del artista invita a especular sobre su técnica, probablemente un sistema de inmersión, aunque finalmente lo importante es el resultado visual conseguido.
Nacido en Francia pero afincado en Bruselas desde hace años, Lionel Esteve (Lyon, 1967) fue descubierto por el célebre comisario Hans Ulrich Obrist que le incluyó en 2003 en la colectiva Migrateurs, organizada por el Musée d’Art Moderne de la Ville de París. Desde entonces ha tocado muchas teclas, aunque por el momento las que prefiere son dibujo, escultura e instalación. “He probado el vídeo también, pero me aburre mortalmente pasar horas delante del ordenador”, concluye el artista, que está preparando un peculiar espectáculo de marionetas no antropomórficas. Se titulará Une nuit sans sommeil (Una noche sin sueño), cada representación durará veinte minutos y será una obra totalmente abstracta, protagonizada por luz y sonido.“La instalación combina por primera vez dos obras independientes, que nos cautivaron cuando las vimos hace un año en la feria de Basilea, A line de 2011 y La Beauté d’une Cicatrice de 2012. Las envuelve una instalación de cortinas producida especialmente para la exposición”, explica Renato dalla Poeta, director artístico de Blueproject. A line se compone de 113 piedras, recogidas en las afueras de Tesalónica en Grecia, mientras que La Beauté d’une Cicatrice incluye 125 rocas encontradas cerca de su casa en Bélgica. Lo que convierte estas piedras de distintas dimensiones en algo realmente atractivo es su original policromía, una sinfonía de azules en el primer caso y una mezcla de marones, rojizos y pardos con algún toque de verde, en el segundo. Esteve sólo admite haber utilizado acuarelas, una técnica que le gusta mucho y emplea a menudo también para sus dibujos, pero no quiere revelar más acerca de un procedimiento que ha requerido muchas investigaciones y ensayos hasta lograr los delicados matices y la particular textura que caracterizan sus rocas. La reticencia del artista invita a especular sobre su técnica, probablemente un sistema de inmersión, aunque finalmente lo importante es el resultado visual conseguido.
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