domingo, 13 de julio de 2014

Est Art Fair: Intentando escapar de la crisis


Est Art Fair, la Feria de Arte de Estoril, está organizada en torno a la idea del dibujo.

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Después de que se clausurara la feria Arte Lisboa, hace ya tres años, no había vuelto a haber una feria de arte contemporáneo en Portugal. Est Art Fair es así un intento de escapar de la crisis económica que tantos estragos ha hecho, tanto en España como en el país hermano.
Hay una acción de Francis Alÿs, realizada en 2008 junto al canal de Panamá, que consiste en repintar parsimoniosamente, con pincel y con brocha, las líneas medianeras discontinuas de una antigua carretera asfaltada. El vídeo que documenta tal acción nos presenta al artista tranquilamente sentado en el centro de la carretera, con un cubo de pintura y una brocha, mientras a su lado circulan los coches, las camionetas y los grandes barcos que cruzan el canal. Repintar una línea sobre el asfalto puede no significar nada más que una modesta defensa de la pertinencia de la pintura, pero repintar una línea sobre el istmo puede querer también trazar una línea divisoria entre dos países o incluso entre dos continentes. Tal es la fuerza y la inocencia del dibujo.

El dibujo es posiblemente el principio y la base fundamental de todo arte. Artes del diseño las llamaban en el s. XVIII, a todas aquellas, como la escultura, la pintura y la arquitectura, cuyo fundamento era el boceto y el esbozo. El dibujo es además libertad de creación. No parece requerir de gran complejidad ni de grandes desembolsos. Y tal vez por eso se encuentra más cerca de la idea y del proyecto que, como en la arquitectura, de la obra propiamente ejecutada.
Unos sencillos papeles doblados de Carlos Bunga, en la Christopher Grimes Gallery de Santa Mónica, evidencian esta posibilidad maravillosamente. Acaso se trata tan sólo de dibujos o de papeles doblados o incluso de esculturas, pero con esas pobres líneas Carlos Bunga construye casas enteras, y edificios de cartón que invaden el espacio.
Es posible que esta atracción por el dibujo, y por la libertad y la ilusión que representa, caracterice de algún modo también a esta joven feria de arte contemporáneo, que acaba de nacer en Estoril.
Después de que se clausurara la feria Arte Lisboa, hace ya tres años, no había vuelto a haber una feria de arte contemporáneo en Portugal. Est Art Fair es así un intento de escapar de la crisis económica que tantos estragos ha hecho, tanto en España como en el país hermano. Tal vez por eso tiene también esta feria de Estoril algo de cercano y de entrañable para nosotros, como un cierto parentesco de familia, pues responde a los mismos problemas que asedian el mercado español del arte. Amén de que en la feria comparezcan ocho galerías españolas, tanto aquí como allá nos encontramos las mismas preocupaciones y las mismas ilusiones por estimular un mercado nacional inerte, que lleva ya hibernado casi un lustro.
Esta ilusión -más propia de un proyecto o de un "primer dibujo"- no puede provenir, por otra parte, sino del intento de recuperar y reafirmar los valores de los grandes artistas consagrados, a la vez que de apostar por nuevos hallazgos y nuevos descubrimientos. Sin duda en Estoril se dan ya las dos cosas: valores consagrados e interesantes descubrimientos. Lo que permite augurarle a esta joven feria un prometedor porvenir.
¡Qué grandes y qué buenos artistas hay en Portugal! A la gran Helena Almeida, a Julião Sarmento, a Alberto Carneiro o al genial Cabrita Reis, se les unen artistas estupendos, algo más jóvenes, como Leonor Antunes o como Carlos Bunga, pero no por ello menos interesantes. Hay aquí muy buenas piezas de artistas importantes. Piezas como la escultura de Nacho Criado, con la imagen de una cúpula caída, que presenta la galería Formato Cómodo, o como los dibujos de Tony Oursler, con bocetos de sus vídeo-esculturas, en la galería Moisés Pérez de Albéniz.
Sin duda aquí la idea del dibujo se piensa en un sentido amplio y ambicioso, y como las líneas repintadas sobre el asfalto por Francis Alÿs, con la idea de recuperar una fuerza perdida y una ilusión en la que todavía es posible creer.

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BLANCA ORAA MOYUA

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