Ha recibido la noticia hace tan sólo un momento, esta mañana, en Estocolmo, donde reside y trabaja en la actualidad, y se muestra contento. Martí Manen (Barcelona, 1976) será el próximo comisario del Pabellón Español en la Bienal de Venecia de 2015, la que se celebrará entre el 9 de mayo y el 22 de noviembre, capitaneada a su vez por Okwui Enwezor y titulada All the World's Futures. En el camino deja a dos grandes competidores, Gerardo Mosquera y Juan de Nieves(los tres nombres fueron seleccionados por un jurado profesional y propuestos al Ministerio de Exteriores), con los que reconoce «haber estado en contacto en los últimos meses y haber compartido la situación y el tiempo de espera»: «Me ha tocado a mí, pero podríamos haber sido cualquiera de los tres. Mi respeto absoluto a su trabajo y su trayectoria», expone.
Un juego de tiempos
El joven comisario nos explica que el suyo será un proyecto coral que se titulará Los sujetos y que tendrá como punto de partida la figura de Salvador Dalí: «Mi propuesta es una exposición colectiva, un juego de tiempos. Una revisión histórica pensada desde el presente. Nos acercaremos a una figura compleja como es la de Salvador Dalí pero desde nuestro tiempo. Dalí fue un avanzado en su época y quizás sólo ahora, en un momento de crisis como el que vivimos, se puede comprender la suya personal: su crisis de identidad sexual, de relación con el mercado, de atomización de la realidad».
Esas son las tres líneas discrusivas que el comisario analizará desde la obra de tres artistas españoles: el colectivo conformado por Helena Cabello (París ,1963) y Ana Carceller (Madrid, 1964), el barcelonés Francesc Ruiz(1971) y el vasco Pepo Salazar (Vitoria, 1972): «En un momento de crisis como este, creo que es importante apostar por una muestra colectiva. Aunque sólo sea por la estupidez de las cifras, es positivo que Venecia permita introducir en el circuito a tres creadores españoles. Supone producir obra para tres artistas, permitirles generar contactos a todos ellos. Desde el punto de vista del público, este contará además con tres vías de acceso diferentes a la exposición. No se enfrentará a un discurso único», argumenta Manen.
Tras la presencia de Lara Almarcegui en 2013 de la mano de Octavio Zaya –que llenó el pabellón de escombros– y Dora García en 2011 –que lo vació de contenido–, el comisario catalán apuesta por una «aproximación sensual» a este espacio: «Hay que tener muy en cuenta quién entra en Venecia y qué función debe realizar un pabellón nacional en su contexto. Tenemos que saber conectar con el mundo y este no es un momento de celebración, sino de aceptación de una crisis». Salvador Dalí no estará presente en la Bienal –«Es un tono. No habrá obra suya en el pabellón»–. Será tan sólo el punto de partida para los artistas convocados, que, en palabras de Manen, «no harán una revisitación dle personaje, sino que marcarán un discurso crítico desde la labor a la que nos tienen acostumbrados, pero en torno a las ideas propuestas, las del consumo o la construcción de identidad».
Palabra de artista
Así mismo, Manen recurre a un formato que le es propio, el de la entrevista. Su idea es que diferentes agentes del arte (Manuel Borja-Villel, director del Museo Reina Sofía, museo que se volcó con Dalí en 2013; Montse Aguer, directora del Museo Salvador Dalí de Figueras; Vicente Todolí, futuro director de la Fundación Botín y ex de la Tate; y Beatriz Preciado, del MACBA) construyan la figura del genio de Figueras a través de este género periodístico.
Para muchos, este nombramiento se ha hecho esperar. Otros países, hace semanas que hicieron pública su presencia en Venecia. Sobre todo, teniendo en cuenta que la próxima edición, la número 56, adelanta un mes su inauguración. «Ahora toca ponerse las pilas –expone el comisario–, trabajar mucho para que las cosas salgan. No hay mucho margen, pero desde el Ministerio están deseosos de que todo vaya bien». Manen, al que en Madrid hemos visto con proyectos comoContarlo todo sin saber cómo (CA2M, 2012) y en Barcelona ha sido responsable de interesantes muestras en Fabra i Coats, nos explica quevivir en Estocolmo no será un problema para llevar a cabo este proyecto: Se puede montar desde aquí. Al fin y al cabo, es un producto para Venecia, por lo que a donde habrá que viajar es a Venecia». Le deseamos suerte.
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