El museo de arte de EE.UU. sólo adquirirá obras de mujeres durante un año para corregir lagunas artísticas y reequilibrar su colección
‘Rockets’,de Amy Sherald, la pintora que Michelle Obama eligió para su retrato, es una de las más recientes adquisiciones del Museo de Arte de Baltimore (.)
Han pasado más de treinta años desde que las Guerrilla Girlssacudieron la conciencia del mundo del arte con estadísticas demoledoras sobre la falta de obras ejecutadas por mujeres en las colecciones de los museos (y reflexiones como si hace falta desnudarse para entrar en ellos) pero los cambios se resisten a llegar. Las cifras no engañan: a pesar de la supuesta mayor sensibilización sólo el 11% de las compras y el 14% de las exposiciones de los grandes museos de Estados Unidos durante la última década eran de obras de mujeres, según una investigación de Artnet.
“Para rectificar siglos de desequilibrio, debes hacer algo radical”, opina Christopher Bedford, director del Museo de Arte de Baltimore.“No vale con comprar una pintura de una artista negra y colgarla en la pared junto a otra de Mark Rothko”, ha declarado al diarioThe Baltimore Sun, donde ha anunciado su drástica decisión para acabar con la marginalización de la mujer empezando por reequilibrar su propia colección, especializado en arte americano posterior al siglo XIX: en el 2020 comprará únicamente obras ejecutadas por mujeres.
CHRISTOPHER BEDFORD, DIRECTOR DEL BMA
“No vale con comprar una pintura de una artista negra y colgarla al lado de un Rothko”
Conocido por las siglas BMA, la pinacoteca de la ciudad estadounidense (610.000 habitantes) levantó una auténtica polvareda en el mundo del arte el año pasado con su decisión de desprenderse de siete obras de su colección para realizar nuevas adquisiciones con las que corregir lagunas y aumentar la presencia de artistas infrarrepresentados, en especial mujeres y negros. La iniciativa respondía expresamente al compromiso del museo de “reescribir el canon artístico” posterior a la Segunda Guerra Mundial, reconociendo el valor de artistas que hasta ahora los compradores y los donantes, la crítica y el mercado del arte, mayoritariamente blanco y masculino, en general había pasado por alto.
Como otras instituciones embarcadas en proyectos similares, el BMA quiere ser un reflejo más fiel de la sociedad y, en concreto, la comunidad a la que sirve. El 64% de la población de Baltimore es de raza negra y la ciudad –además de tener la tasa de homicidios más alta de EE.UU.– ha desarrollado una vibrante escena artística que ha alumbrado importantes figuras contemporáneas. Aquí nació y tiene su estudio por ejemplo Amy Sherald, la pintora elegida por Michelle Obama para realizar su retrato para la National Portrait Gallery de Washington.
ESTADÍSTICAS DEMOLEDORAS
De las 95.000 que componen su colección, especializada en el arte americano posterior al siglo XIX, sólo 3.800 son obra de mujeres
Los resultados de la iniciativa saltan a la vista nada más entrar en lafabulosa ala de arte contemporáneo del museo, remodelada esta primavera. Entre obras de autores como Andy Warhol, Kara Walker o Ellsworth Kelly, la exposición Every day , abierta hasta enero, realza las creaciones de afroamericanos como David Hammons ( Travelling ) y presenta al público sus nuevas adquisiciones de Mark Bradford, autor del pabellón de EE.UU. en la Bienal de Venecia del 2017, Amy Sherald ( Places, rockets and the spaces in between ) o Lynette Tiadom-Boakye ( 8am Cadiz ), entre otros. En el arte contemporáneo, no falta donde elegir: el 46% de las artistas visuales de EE.UU. son mujeres, según datos del National Museum of Women in Arts de Washington. “Al mundo del arte le gusta pensar que estamos alcanzando la paridad de forma más rápida de lo que en realidad ocurre”, afirma su directora, Susan Fisher Sterling.
La venta de cinco obras de Warhol, Robert Rauschenberg y Franz Kline, consideradas prescindibles por contar con otras de calidad similar o superior, ha permitido al Museo de Arte de Baltimore obtener por ahora ocho millones de dólares. De momento se ha gastado dos millones, la misma cifra que prevé invertir en compras en el año 2020 en obras exclusivamente de mujeres. La medida forma parte de una estrategia más amplia a largo plazo.
UNA ESTRATEGIA MÁS AMPLIA
El museo ha vendido varias obras redundantes para comprar otras de negros y mujeres
El museo –que alberga la prestigiosa Colección Cone de arte moderno, donada en 1949 por dos hermanas de la ciudad, con 1.200 obras de Matisse– acaba de anunciar la iniciativa Vision 2020 , que conmemorará el centenario del sufragio femenino en EE.UU. con 20 exposiciones dedicadas a mujeres. O, más exactamente, a artistas que se identifican como tales, ya que habrá obras de Zackary Druker, una creadora transexual de Los Angeles. El programa incluye exposiciones de Georgia O’Keeffe, Mickalene Thomas, Elizabeth Catlett y Candice Breitz, además de una retrospectiva de la expresionista Joan Mitchell y de artistas locales como Grace Hartigan o Betty Cooke. “Así es como aumentas la concienciación y cambias la identidad de una institución”, afirma Bedford.
En 1916, dos años después de abrir sus puertas, el BMA adquirió su primera obra a una mujer (un lienzo de Sarah Miriam Peale, la primera pintora profesional de EE.UU.). Fue una curiosidad más que un preludio, porque sus estadísticas en términos de equilibrio de género son peores que la media. De las 95.000 obras que componen su colección, sólo 3.800 las firma una mujer, el 4% del total (la media de los grandes museos es del 13%, según Guerrilla Girls). “Esperamos que la decisión sirva de modelo a otros y sea un primer paso hacia una mejor representación” de las mujeres en el arte, confían en el museo.